viernes, 31 de julio de 2020

"Ayer te besé en los labios..."

Pedro Salinas (1933) La voz a ti debida

"Ayer te besé en los labios..."

Ayer te besé en los labios.
Te besé en los labios. Densos,
rojos. Fue un beso tan corto,
que duró más que un relámpago,
que un milagro, más. El tiempo
después de dártelo
no lo quise para nada ya,
para nada
lo había querido antes.
Se empezó, se acabó en él. 
Hoy estoy besando un beso;
estoy solo con mis labios.
Los pongo
no en tu boca, no, ya no...
—¿Adónde se me ha escapado?—.
Los pongo
en el beso que te di
ayer, en las bocas juntas
del beso que se besaron.
Y dura este beso más
que el silencio, que la luz.
Porque ya no es una carne
ni una boca lo que beso,
que se escapa, que me huye.
No.
Te estoy besando más lejos.

jueves, 30 de julio de 2020

"Anoche se me ha perdido"

Pedro Salinas (1924): Presagios

"Anoche se me ha perdido"

Anoche se me ha perdido
en la arena de la playa
un recuerdo
dorado, viejo y menudo
como un granito de arena.
¡Paciencia! La noche es corta.
Iré a buscarlo mañana...
Pero tengo miedo de esos
remolinos nocherniegos
que se llevan en su grupa
—¡Dios sabe adónde!— la arena
menudita de la playa.

miércoles, 29 de julio de 2020

"Cuando, Señor, nos besas con tu beso..."

Miguel de Unamuno (1911): Rosario de sonetos líricos
"Cuando, Señor, nos besas con tu beso..."
Cuando, Señor, nos besas con tu beso 
que nos quita el aliento, el de la muerte, 
el corazón bajo el aprieto fuerte 
de tu mano derecha queda opreso. 
Y en tu izquierda, rendida por su peso 
quedando la cabeza, a que revierte 
el sueño eterno, aún lucha por cogerte 
al disiparse su angustiado seso. 
Al corazón sobre tu pecho pones 
y como en dulce cuna allí reposa 
lejos del recio mar de las pasiones, 
mientras la mente, libre ya de la losa 
del pensamiento, fuente de ilusiones, 
duerme al sol en tu mano poderosa.

martes, 28 de julio de 2020

"L: —Nuestro español bosteza..."

Antonio Machado (1924): Nuevas canciones

"L: —Nuestro español bosteza..."

—Nuestro español bosteza.
¿Es hambre? ¿Sueño? ¿Hastío?
Doctor, ¿tendrá el estómago vacío?
—El vacío es más bien en la cabeza. 

lunes, 27 de julio de 2020

"Mis tres fauces"

Francisco Brines
"Mis tres fauces"
El perro aquel aulló varios veranos
siempre solo en la casa abandonada.
Aún sigue su terror en mis oídos,
dentro de mí aúllan
(con el miedo de Cristo abandonado
en el ciego olivar)
las fauces de aquel perro, tan sediento
de alguna compañía,
en aquel cielo azul que se apagaba
por entre las palmeras y naranjos
donde mi juventud
se miraba en el mundo.
Yo soy ahora el perro, que aún no ha muerto,
y soy también el miedo de Cristo abandonado
en el viejo olivar,
bajo los astros fríos.
Mis tres fauces:
del animal que soy,
de Dios (que me abandona)
y estos restos de espíritu y de carne
que se muerden.

domingo, 26 de julio de 2020

"Es una cosa extraña ser poeta..."

Miguel D’Ors (1975): Ciego en Granada
"Es una cosa extraña ser poeta..."
Es una cosa extraña ser poeta,
es una cosa extraña sentir la propia vida
llena de muchedumbres,
escuchar en el propio canto todos los cantos
y cotidianamente
morir un poco en todo lo que muere.
Es una cosa extraña ser poeta;
es sorprender al niño en los ojos del viejo,
es oír los clamores del bosque en la semilla,
adivinar que hay una primavera dormida
bajo cada nevada,
partir el pan y ver los segadores.
Es una cosa extraña: ser poeta
es convertirse en tierra para entender la lluvia,
es convertirse en hoja para saber de otoños,
es convertirse en muerto para aprender la ausencia.

sábado, 25 de julio de 2020

"Muros de Arezzo"

Francisco Brines (1966): Palabras a la oscuridad
"Muros de Arezzo"
A Francisco Nieva
Dentro de aquella descarnada iglesia
la nave era una sombra, cuyo aliento
era un vaho de siglos, y en la hondura
vimos la luz sesgando el alto muro.
Y el sueño humano allí, con los colores
del más ardiente engaño, las cenizas
del deseo de un hombre sepultadas
en árbol, en corcel, séquito o ángel.
No puso fantasía ni invención:
sobre la faz del hombre y de la tierra
dejó el orden debido; y admiramos
no la belleza física, la imagen
de nuestra carne serenada. Suma
de perfección es la cabeza humana,
sin fuego de alegría y sin tristeza;
ni altiva ni humillada bajo el arco
del aire azul, tan quieta la mirada
que deja a los caballos sin instinto,
sin crecimiento natural al árbol.
Se nos narra una historia de este mundo;
el pretexto remoto de unos seres
como nosotros mismos, mas sabemos
que el bien y el mal aquí no son pasiones.
La pintada pared nos muestra el sueño
que abolió nuestra escoria: son iguales
el moribundo y el que ama, reyes
y palafreneros, montes o lanzas,
la desnudez y el atavío, sol
o noche, los piadosos y el guerrero,
la sed y la coraza, quien vigila
y el dormido en la tienda, la señora
y sus damas, el estandarte rojo
y el sepulcro, el joven y el anciano,
la indiferencia y el dolor, el hombre
y Dios.
Enamorado alguna vez,
y haciendo realidad el viejo sueño
de una mejor naturaleza, quiso
la perfección. Recordando el amor,
la dicha mantenida, sus pinceles
conservaron los hábitos y gestos
terrenales, copió la vida toda,
y a semejanza de él, aunque visible,
un aire hermoso y denso allí respiran
logrando un orden nuevo que serena:
feliz; sin libertad, vive aquí el hombre.



viernes, 24 de julio de 2020

"Penúltima nostalgia"

Ángel González (1962): Grado elemental

"Penúltima nostalgia"

Ha llegado el momento
de la nostagia.
                             ¿Recuerdas?
Aquel dulce violín,
el de los tangos,
acosado por el entrecortado rumor de los bandoneones
y las felices turbas
derramando champán en los escotes
de las muchachas algo locas, algo
despeinadas, algo tristes también,
algo caídas.
Inefable perfume el de esas horas
tan felices, que todos conocimos.
La gasolina iniciaba su reinado
por las calles atónitas,
pero los jazmines no habían emprendido aún la retirada
ni los desodorantes
estaban preparados para sofocar la personalidad de las axilas.
Junto al farol frecuentado por los perros
la niña vendía flores de papel,
aunque era la victrola,
desde el fondo en penumbra de las habitaciones,
la que lanzaba a través de las ventanas entreabiertas
la serpentina gris de la tristeza
sobre los habituales transeúntes de la noche.
El violín,
cantor del drama
y de la más imposible dulzura,
brillante vagabundo del espacio,
perseguía a los corazones solitarios
que, absortos en sí mismos,
ignoraban a los mendigos que les salían al paso
o volvían los ojos hacia el cielo
buscando el rostro brillante de la estrella
que habría de influir en la realización de un deseo apresuradamente formulado.
Impreciso, turbio tiempo
fluctuando, veloz, hacia otros días
y otros ritmos
y otros timbres, también,
aún más fugaces.
Muerto el violín,
la marimba extendió su tiranía.
Madera percutida y afinada,
cada corteza o tronco del Caribe,
cada selva del Sur,
cada semilla
creció en el aire y los sonoros bosques
de los trópicos, los ríos inauditos,
audibles fueron en distantes tierras.
Entonces todavía todo era
sencillo:
amar, besar, comer aunque tan sólo
fuera
un pedazo de pan,
una limosna.
Por caridad todo se conseguía:
– Por caridad, por caridad,
gritaban
los hombres
en las duras esquinas azotadas
por el aliento del cantor mulato,
por el murmullo en sol de la criolla,
por la lluvia además, por la desgracia.
Más la moda es versátil y ligera,
y sobre las cenizas del charlestón y el banjo
edificó nuevas algarabías.
Y volvieron los blues, y las síncopas
llenaron de inquietud y carcajadas
el azaroso amanecer,
mientras los barrenderos del alba,
los enterradores de sombras,
arrastraban con sus escobas húmedas
hacia las grietas por donde huyó la noche,
serpentinas, tarjetas ilegibles, vidrio, papel de estaño,
fragmentos de diarios vespertinos,
algodón sucio y ligas de mujer.
Nada, no obstante, pudo
empañar la pujante
apoteosis del metal.
Las brillantes trompetas y el sinuoso
saxo
– y el torpe, exacto, articulado y grave
trombón de varas-, juntos
disonaron frenéticos,
unieron su estridencia,
y las copas quebradas derramaron el vino,
y más de una muchacha- nadie
fue capaz de evitarlo-
perdió el sentido, y algo
de mucho más valor -según dijeron.
Ahora
que todo es ya pasado,
sentimos la nostalgia
de lo que ha sucedido.
Recordamos
los ritmos y los cuerpos,
el viejo olor a menta,
los troncos de los olmos
señalados con flecha,
corazón
e iniciales,
el rincón de la alcoba, etcétera,
etcétera.
Olvidamos, en cambio,
los cadáveres,
los campos de batalla,
el hambre de los campos,
las razones del hambre.
Oh tiempo
ido:
si quieres devolvernos
todas las ignominias,
esa risa por barrios que reímos,
aquella
felicidad por horas,
la olvidada
inconsciencia, la belleza
de amar tan sólo al cuerpo que abrazamos,
los ritmos y los miembros
agredidos,
el viejo olor a menta, la trizada
luna contra el estanque, la imposible
canción que acaso nadie ya recuerda:
devuélvenos
también
nuestros cadáveres,
enséñanos
también
los asesinos,
deja
también junto a la oscura caja
del violín,
también junto al destello
de la dorada y cálida trompeta,
un revólver
también,
una pistola.
También estoy nostálgico de días.
También fui muy feliz. También recuerdo.
También yo fui testigo de otras horas».

jueves, 23 de julio de 2020

"Invierno"

Antonio Gamoneda (1961-65): Blues castellano
"Invierno"
La nieve cruje como pan caliente
y la luz es limpia como la mirada de algunos seres humanos,
y yo pienso en el pan y en las miradas
mientras camino sobre la nieve.
Hoy es domingo y me parece
que la mañana no está únicamente sobre la tierra
sino que ha entrado suavemente en mi vida.
Yo veo el río como acero oscuro
bajar entre la nieve.
Veo el espino: llamear el rojo,
agrio fruto de enero.
Y el robledal, sobre tierra quemada,
resistir en silencio.
Hoy, domingo, la tierra es semejante
a la belleza y la necesidad
de lo que yo más amo.

miércoles, 22 de julio de 2020

"La muchacha del semáforo"

Joan Margarit 

"La muchacha del semáforo"
Tienes la misma edad que yo tenía
cuando empezaba a soñar en encontrarte.
No sabía aún, igual que tú
no lo has aprendido aún, que algún día
el amor es esta arma cargada
de soledad y de melancolía
que ahora te está apuntando desde mis ojos.
Tú eres la muchacha que yo estuve buscando
durante tanto tiempo cuando aún no existías.
Y yo soy aquel hombre hacia el cual
querrás un día dirigir tus pasos.
Pero estaré entonces tan lejos de ti
como ahora tú de mí en este semáforo.

martes, 21 de julio de 2020

“Libertad”

Joan Margarit 

“Libertad”
Es la razón de nuestra vida,
dijimos, estudiantes soñadores.
La razón de los viejos, matizamos ahora,
su única y escéptica esperanza.
La libertad es un extraño viaje.
Son las plazas de toros con las sillas
sobre la arena en las primeras elecciones.
Es el peligro que, de madrugada,
nos acecha en el metro,
son los periódicos al fin de la jornada.
La libertad es hacer el amor en los parques.
Es el alba de un día de huelga general.
Es morir libre. Son las guerras médicas.
Las palabras República y Civil.
Un rey saliendo en tren hacia el exilio.
La libertad es una librería.
Ir indocumentado.
Las canciones prohibidas.
Una forma de amor, la libertad.

lunes, 20 de julio de 2020

“La espera”

Joan Margarit 

“La espera”
Te están echando en falta tantas cosas.
Así llenan los días
instantes hechos de esperar tus manos,
de echar de menos tus pequeñas manos,
que cogieron las mías tantas veces.
Hemos de acostumbramos a tu ausencia.
Ya ha pasado un verano sin tus ojos
y el mar también habrá de acostumbrarse.
Tu calle, aún durante mucho tiempo,
esperará, delante de tu puerta,
con paciencia, tus pasos.
No se cansará nunca de esperar:
nadie sabe esperar como una calle.
Y a mí me colma esta voluntad
de que me toques y de que me mires,
de que me digas qué hago con mi vida,
mientras los días van, con lluvia o cielo azul,
organizando ya la soledad.

domingo, 19 de julio de 2020

"Fábula"

Joan Margarit 

"Fábula"
Pequeña y faldera, la moral
era una perra de esas que ladran sin cesar,
fea como una rata. Todo el día incordiando,
husmeando al perro lobo de la vida
que, indiferente y fuerte, apenas la miraba.
Hoy lo he visto pasar hacia el jardín,
llevaba la moral entre los dientes,
cogida por el cuello, asustada, encogida.
Ya no ladraba, daba unos chillidos
desafinados y espeluznantes,
pero la vida, con su firme paso
de lobo, la ha llevado entre los árboles
llenos de pájaros, y allí
le ha roto el espinazo y después
se ha tumbado a su sombra.
Hoy he hecho limpieza de mis libros,
o sea, de mi tiempo.
De Simone de Beauvoir los tiro todos.

sábado, 18 de julio de 2020

“Dignidad”

Joan Margarit 

“Dignidad”
Si la desesperanza
tiene el poder de una certeza lógica,
y la envidia un horario tan secreto
como un tren militar,
estamos ya perdidos.
Me ahoga el castellano, aunque nunca lo odié.
Él no tiene la culpa de su fuerza
y menos todavía de mi debilidad.
El ayer fue una lengua bien trabada
para pensar, pactar, soñar,
que no habla nadie ya: un subconsciente
de pérdida y codicia
donde suenan bellísimas canciones.
El presente es la lengua de las calles,
maltratada y espuria, que se agarra
como hiedra a las ruinas de la historia.
La lengua en la que escribo.
También es una lengua bien trabada
para pensar, pactar. Para soñar.
Y las viejas canciones
se salvarán.

viernes, 17 de julio de 2020

"De senectute"

Jaime Gil de Biedma (1968): Poemas póstumos

"De senectute"

Y nada temí más que mis cuidados.
Góngora
No es el mío, este tiempo.
Y aunque tan mío sea ese latir de pájaros
afuera en el jardín,
su profusión en hojas pequeñas, removiéndome
igual que imitaciones,
————————-no dice ya lo mismo.
Me despierto
como quien oye una respiración
obscena. Es que amanece.
Amanece otro día en que no estaré invitado
ni a un momento feliz. Ni a un arrepentimiento
que, por no ser antiguo,
—ah, Seigneur, donnez-moi la force et le courage!—
invite de verdad a arrepentirme
con algún resto de sinceridad.
Ya nada temo más que mis cuidados.
De la vida me acuerdo, pero dónde está.

jueves, 16 de julio de 2020

“Nada enaltece a un viejo”

Joan Margarit 

“Nada enaltece a un viejo”
Ni esta violencia con la que deseo
tener razón.
Ni tampoco creer que la felicidad
tiene una relación sutil con la mentira.
Ni ser tan sucio
de corazón como los míos,
a pesar de que a ellos los ensució la guerra.
Mi paz debe ser una paz falsa.
Tampoco no abjurar de la lujuria
ni de la vanidad.
¿Como podemos ser vanidosos los viejos?
Esta es la derrota.
Un campo de batalla en el que estoy tirado.
Me rodean los muertos. Oscurece.
Puedo oír a lo lejos voces jóvenes
celebrando lo que hoy,
para ellos, aún es la victoria.

miércoles, 15 de julio de 2020

“Nuestro tiempo”

Joan Margarit 

“Nuestro tiempo”
Cuando nos dimos cuenta, ya estaba en las ventanas,
como para quedarse. Pero ahora
nada nos ilumina sino esa vaga niebla.
A veces, una luz desgarradora.
El nuestro fue otro tiempo mucho más inocente:
Todavía en las obras celebrábamos
cuando, sin accidentes, la estructura
Llegaba a lo más alto y se cubrían aguas.
Vivíamos en calles
a las que les sentaba bien un nombre
Como el de las Camelias.
Entre las azoteas, cada noche
se encendían las luces
del ático de nuestra juventud.
Entre las voces suaves y lejanas,
alguna vez, se oye un grito de pánico.
Pero una herida
es también un lugar donde vivir.

martes, 14 de julio de 2020

“No tires las cartas de amor”

Joan Margarit 

“No tires las cartas de amor”
No tires las cartas de amor
Ellas no te abandonarán.
El tiempo pasará, se borrará el deseo
-esta flecha de sombra-
y los sensuales rostros, bellos e inteligentes,
se ocultarán en ti, al fondo de un espejo.
Caerán los años. Te cansarán los libros.
Descenderás aún más
e, incluso, perderás la poesía.
El ruido de ciudad en los cristales
acabará por ser tu única música,
y las cartas de amor que habrás guardado
serán tu última literatura.

lunes, 13 de julio de 2020

“Cosas en común”

Joan Margarit 

“Cosas en común”
Habernos conocido
un otoño en un tren que iba vacío;
La radiante, aunque cruel
promesa del deseo.
La cicatriz de la melancolía
y el viejo afecto con el que entendemos
los motivos del lobo.
La luna que acompaña al tren nocturno
Barcelona-París.
Un cuchillo de luz para los crímenes
que por amor debemos cometer.
Nuestra maldita e inocente suerte.
La voz del mar, que siempre te dirá
dónde estoy, porque es nuestro confidente.
Los poemas, que son cartas anónimas
escritas desde donde no imaginas
a la misma muchacha que un otoño
conocí en aquel tren que iba vacío.

domingo, 12 de julio de 2020

“Faros en la noche”

Joan Margarit 

“Faros en la noche”
Intento seducirte en el pasado.
Las manos al volante y esta luz
de club nocturno del tablier me dejan
-fantasía invernal- bailar contigo.
Detrás de mí, igual que un gran camión,
el mañana hace ráfagas de luces.
No lo conduce nadie y me adelanta,
pero ahora tú y yo viajamos juntos
y el coche puede ser el dos caballos
de los años sesenta hacia París.
«Je ne regrette rien», canta Edith Piaf.
Bajo la ventanilla, entra la noche
fría de la autopista, y el pasado
se aproxima de cara, velozmente:
cruza y me ciega sin bajar las luces.

sábado, 11 de julio de 2020

“Separado”

Joan Margarit 

“Separado”

La casa se abre a una acera
donde no me espera nadie.
Aquí sin ti. Un extraño.
Fue aquí donde me extravié.
Paseo sin mí, contigo.
Mi sombra es sólo un error,
viene de sitios más gélidos:
tu corazón y tus manos.
Es por lo que me marché.
La vida desconocida
yo la he vivido sin ti.
A tu lado.

viernes, 10 de julio de 2020

"¿Cómo llamar al ave...?"

Miguel D’Ors (1975): Ciego en Granada


"¿Cómo llamar al ave...?"


¿Cómo llamar al ave de modo que del verso se levante y vuele y se extravíe de rama en rama, cómo? ¿Cómo llamar al río sin detener su canto ni enmudecer su marcha?¿Cómo lograr que el nombre de la rosa conserve aquel perfume? ¿Cómo decir arena y sentir la caricia de una mano dorada, y cómo conseguir que el sol y el viento y el fuego y los otoños permanezcan en el poema? Ay, ¿dónde se aprenderá esa magia de disponer los nombres de las cosas de forma que quien lea nuestros versos regrese salpicado de salitre, tostado por el sol y confortado por el fuego salvaje de la hoguera alzada por nosotros con dos o tres palabras?
25-II-74

jueves, 9 de julio de 2020

"Alocución pagana"

Francisco Brines (1971): Aún no
"Alocución pagana"
A Fernando Ortiz
¿Es que, acaso, estimáis que por creer
en la inmortalidad,
os tendrá que ser dada?
Es obra de la fe, del egoísmo
o la desolación.
Y si existe, no importa no haber creído en ella:
respuestas ignorantes son todas las humanas
si a la muerte interroga.
Seguid con vuestros ritos fastuosos, ofrendas a los dioses,
o grandes monumentos funerarios,
las cálidas plegarias, vuestra esperanza ciega.
O aceptad el vacío que vendrá,
en donde ni siquiera soplará un viento estéril.
Lo que habrá de venir será de todos,
pues no hay merecimiento en el nacer
y nada justifica nuestra muerte.

miércoles, 8 de julio de 2020

"La inmortalidad"

Luis García Montero (1998): Completamente viernes

"La inmortalidad"

Nunca he tenido dioses
y tampoco sentí la despiadada
voluntad de los héroes.
Durante mucho tiempo estuvo libre
la silla de mi juez
y no esperé juicio
en el que rendir cuentas de mis días.
Decidido a vivir, busqué la sombra
capaz de recogerme en los veranos
y la hoguera dispuesta
a llevarse el invierno por delante.
Pasé noches de guardia y de silencio,
no tuve prisa,
dejé cruzar la rueda de los años.
Estaba convencido
de que existir no tiene trascendencia,
porque la luz es siempre fugitiva
sobre la oscuridad,
un resplandor en medio del vacío.
Y de pronto en el bosque se encendieron los árboles
de las miradas insistentes,
el mar tuvo labios de arena
igual que las palabras dichas en un rincón,
y el viento abrió sus manos
y los hoteles sus habitaciones.
Parecía la tierra más desnuda,
porque la noche fue,
como el vacío,
un resplandor en medio de la luz.
Entonces comprendí que la inmortalidad
puede cobrarse por adelantado.
Una inmortalidad que no reside
en plazas con estatua,
en nubes religiosas
o en la plastificada vanidad literaria,
llena de halagos homicidas
y murmullos de cóctel.
Es otra mi razón. Que no me lea
quien no haya visto nunca conmoverse la tierra
en medio de un abrazo
.
La copa de cristal
que pusiste al revés sobre la mesa,
guarda un tiempo de oro detenido.
Me basta con la vida para justificarme.
Y cuando me convoquen a declarar mis actos,
aunque sólo me escuche una silla vacía,
será firme mi voz.
No por lo que la muerte me prometa,
sino por todo aquello que no podrá quitarme.

martes, 7 de julio de 2020

El pasado"

Luis García Montero (1998): Completamente viernes
"El pasado"
Después de atravesar
por las últimas casas humilladas
y de sufrir el vaho
de los desmontes y los vertederos,
la carretera sube al aire limpio
en favor de la luna interrumpida
ya mucho tiempo.
Cuando los faros doblan
por los estremecidos olivares,
se encienden todavía imágenes de guerra,
las ametralladoras en sus nidos de rata,
los camiones nocturnos,
y más arriba,
sobre los días y las fechas,
mor de palabras,
un tiempo de poetas y república,
untad civil en las pizarras
ad, una melancolía
de golpe traicionada,
cerca de Víznar,
en la fosa común de este barranco. 
A los antepasados se regresa
por los mares carnívoros de los limones secos
y la historia es en ellos
un afluente de la geografía.
Hay quien busca ciudades,
la balada del bosque y la montaña verde,
el armario vacío de una casa,
la bandera o el himno.
Yo regreso a esta luna suspendida
sobre los olivares y tu coche.
Aquí viven mis muertos,
éstas son mis raíces,
y su calor se extiende
como ramas al borde del camino,
alambres oxidados por la lluvia,
que sirven todavía para tender mi ropa.
Mira, déjame que te enseñe
el eco de tu piel cuando te beso.
La ciudad está en llamas, tiene el frío
de los años cobardes.
Una muchacha dobla
la guerrera vencida de un soldado.
No sabe si la esconde o si la guarda.
Quizás encuentre un día,
en el cajón de los limones secos,
una oportunidad.

lunes, 6 de julio de 2020

"Siento el crepúsculo"

Antonio Gamoneda (2004): Arden las pérdidas
"Siento el crepúsculo"
Siento el crepúsculo en mis manos. Llega a través del laurel enfermo. Yo no quiero pensar ni ser amado ni ser feliz ni recordar.
Sólo quiero sentir esta luz en mis manos
y desconocer todos los rostros y que las canciones dejen de pesar en mi corazón
y que los pájaros pasen ante mis ojos y yo no advierta que se han ido.
Hay grietas y sombras en paredes blancas y pronto habrá más grietas y más sombras y finalmente no habrá paredes blancas.
Es la vejez. Fluye en mis venas como agua atravesada por gemidos. Van
a cesar todas las preguntas. Un sol tardío pesa en mis manos inmóviles y a mi quietud vienen a la vez suavemente, como una sola sustancia, el pensamiento y su desaparición.
Es la agonía y la serenidad.
Quizá soy transparente y ya estoy solo sin saberlo. En cualquier caso, ya
la única sabiduría es el olvido.

domingo, 5 de julio de 2020

"Claridad sin descanso"

Antonio Gamoneda (2003): Arden las pérdidas
"Claridad sin descanso"
Vi lavandas sumergidas en un cuenco de sangre y esta vision ardió en mí.
Má allá de la lluvia vi serpientes enfermas, bellas en sus úlceras transparentes; frutos amenazados por espinas y sombras y flores excitadas por el rocío. Vi un ruiseñor agonizante y su garganta llena de luz.
La realidad es mi pensamiento. Estoy soñando la existencia y es un jardin torturado. Pero voy a morir. Entretanto, pasan ante mí madres encanecidas en el vértigo.
Mi pensamiento es anterior a la eternidad pero no hay eternidad. He gastado mi juventud ante una tumba vacía; me he extenuado en preguntas que aún percuten en mí como un caballo que galopase tristemente en la memoria.
Todavía giro dentro de mí mismo aunque ya sé que ya voy a caer en la frialdad de mí propio corazón.
Así es la vejez: horas incomprensibles, claridad sin descanso.

sábado, 4 de julio de 2020

"Diván en Nueva York"

Antonio Gamoneda (1987): Lápidas
"Diván en Nueva York"
Tú en la tristeza de los urinarios, ante las cánulas de bronce
(amor, amor en las iglesias húmedas);
ah, sollozabas en las barberías (en los espejos, los agonizantes
estaban dentro de tus ojos):
así es el llanto.
Y aquellas madres amarillas en el hedor de la misericordia:
así es el llanto.
Ah de la obscenidad, ah del acero.
Vi las aguas coléricas, y sábanas, y, en los museos, junto a la dulzura, vi los imanes de la muerte.
Te desnudaron en marfil (ancianas, en los prostíbulos profundos) y te midieron en dolor, oscuro:
así es el llanto, así es el llanto.
Ten piedad de tus labios y de mi espíritu en los almacenes;
ten piedad del alcohol en los dormitorios iluminados.
Veo las delaciones, veo indicios: llagas azules en tu lengua,
números negros en tu corazón:

ah de los besos, ah de las penínsulas.
Así es el llanto;
así es el llanto y las serpientes están llorando en Nueva York.
Así es el llanto.

viernes, 3 de julio de 2020

"Aviso negro"

Antonio Gamoneda (1986): Lápidas
"Aviso negro"
Nada se esconde al gavilán inmóvil;
arden sus ojos amarillos
y esta es su narración: aguas enfermas,
mendicidad de rostros invisibles.
No hagas incesto en los armarios; guárdate:
albergan asma, atribución, espíritus,

quizá días y alas desesperadas.
Siéntate ya a contemplar la muerte.

jueves, 2 de julio de 2020

“Pies hermosos”

Mario Benedetti

“Pies hermosos”

La mujer que tiene los pies hermosos
nunca podrá ser fea
mansa suele subirle la belleza
por totillos pantorrillas y muslos
demorarse en el pubis
que siempre ha estado más allá de todo canon
rodear el ombligo como a uno de esos timbres
que si se les presiona tocan para Elisa
reivindicar los lúbricos pezones a la espera
entreabrir los labios sin pronunciar saliva
y dejarse querer por los ojos espejo
la mujer que tiene los pies hermosos
sabe vagabundear por la tristeza.

miércoles, 1 de julio de 2020

“Oda a la mordaza”

Mario Benedetti

“Oda a la mordaza”

No creo en vos
mordaza
pero voy a decirte
por qué no creo

ta ves
ahora no digo
no hoy
ni ay

y sin embargo
igual destapo el verbo
respiro el grito
y armo la blasfemia

pienso
luego insisto

hago inventario
de tu alegre pálpito de la miseria
de tu crueldad sin muchas ilusiones
de tu ira lustrada
de tu miedo
porque mordaza
vos
sos muchísimo más que un trapo sucio
sos la mano tembleque que te ayuda
sos el dueño flamante de esa mano
y hasta el dueño canalla de tu dueño

porque mordaza
sos muchisimo más que un trapo sucio
con gusto a boca libre y a puteada
sos la ley malviviente del sistema
sos la flor bienmuriente de la infamia

pienso
luego insisto

a tu custodia quedan mis labios apretados
quedan mis incisivos
colmillos
y molares
queda mi lengua
queda mi discurso
pero no queda en cambio mi garganta

en mi garganta empiezo
por lo pronto
a ser libre
a veces trago la saliva amarga
pero no trago mi rencor sagrado

mordaza bárbara
mordaza ingenua
crees que no voy a hablar
pero sí hablo
solamente con ser
y con estar

pienso
luego insisto

qué me importa callar
si hablamos todos
por todas partes las paredes
y por todos los signos
qué me importa callar
si ya sabés
oscura
qué me importa callar
si ya sabés
mordaza
lo que voy a decirte
porquería.