sábado, 3 de mayo de 2025

“Ensueño”

 Emily Dickinson

Ensueño

 

Para fugarnos de la tierra
un libro es el mejor bajel;
y se viaja mejor en el poema
que en el más brioso y rápido corcel

Aun el más pobre puede hacerlo,
nada por ello ha de pagar:
el alma en el transporte de su sueño
se nutre sólo de silencio y paz.

viernes, 2 de mayo de 2025

“Certidumbre”

 Emily Dickinson

Certidumbre

 

Yo jamás he visto un yermo
y el mar nunca llegué a ver
pero he visto los ojos de los brezos
y sé lo que las olas deben ser.

Con Dios jamás he hablado
ni lo visité en el Cielo,
pero segura estoy de a dónde viajo
cual si me hubieran dado el derrotero.

jueves, 1 de mayo de 2025

“Cuando cuento las semillas”

 Emily Dickinson

 

Cuando cuento las semillas

 

Cuando cuento las semillas
sembradas allá abajo
para florecer así, lado a lado;

cuando examino a la gente
que tan bajo yace
para llegar tan alto;

cuando creo que el jardín
que no verán los mortales
siega el azar sus capullos
y sortea a esta abeja,
puedo prescindir del verano, sin queja.

(Traducción de Silvina Ocampo)

Versión en inglés

 

“When I Count The Seeds”

When I count the seeds
That are sown beneath,
To bloom so, bye and bye—

When I con the people
Lain so low,
To be received as high—

When I believe the garden
Mortal shall not see—
Pick by faith its blossom
And avoid its Bee,
I can spare this summer, unreluctantly.

miércoles, 30 de abril de 2025

"Si no estuviese viva cuando vuelan"

 Emily Dickinson

Si no estuviese viva cuando vuelvan”

 

Si no estuviese viva cuando vuelvan
los petirrojos, al de la encarnada
corbata, en mi memoria,
echadle una migaja.

Y si las gracias no pudiese daros
porque profundamente ya me hubiese dormido,
bien sabréis que lo intento
con labios de granito.

martes, 29 de abril de 2025

“Ningún cepo puede torturarme mi alma en libertad”

 Emily Dickinson

Ningún cepo puede torturarme mi alma en libertad” 

 

Ningún cepo puede torturar

Mi alma en libertad,

Pues detrás de este esqueleto mortal

Se teje uno de más valor.

 

No puedes horadar con un serrucho

Ni transpasar con una cimitarra

Dos cuerpos, por lo tanto perdura,

Amarra uno y el otro vuela libre.

 

El águila no se despoja

De su nido y, sin embargo,

Gana en cielo

Más fácilmente que tú.

 

Excepto tú mismo, tal vez nadie pueda ser

Tu enemigo,

Cautividad es conciencia

 

Y también es libertad.

lunes, 28 de abril de 2025

“Me celebro y me canto a mí mismo”

 Walt Whitman (1857): Hojas de hierba

Me celebro y me canto a mí mismo” 

 

Me celebro y me canto a mí mismo.
Y lo que yo asuma tú también habrás de asumir,
Pues cada átomo mío es también tuyo.
Vago al azar e invito a vagar a mi alma.

Vago y me tumbo sobre la tierra,
Para contemplar un tallo de hierba.

Mi lengua, cada molécula de mi sangre formada por esta tierra y este aire.
Nacido aquí de padres cuyos padres nacieron aquí y
Cuyos padres también aquí nacieron.
A los treinta y siete años de edad, gozando de perfecta salud,
Comienzo y espero no detenerme hasta morir.

Que se callen los credos y las escuelas,
Que retrocedan un momento, conscientes de lo que son y
Sin olvidarlo nunca.
Me brindo al bien y al mal, me permito hablar hasta correr peligro.
Naturaleza sin freno, original energía.

domingo, 27 de abril de 2025

“Una hoja de hierba”

 Walt Whitman (1855) Hojas de hierba

Una hoja de hierba

 

Creo que una hoja de hierba, no es menos
que el día de trabajo de las estrellas,
y que una hormiga es perfecta,
y un grano de arena,
y el huevo del régulo,
son igualmente perfectos,
y que la rana es una obra maestra,
digna de los señalados,
y que la zarzamora podría adornar,
los salones del paraíso,
y que la articulación más pequeña de mi mano,
avergüenza a las máquinas,
y que la vaca que pasta, con su cabeza gacha,
supera todas las estatuas,
y que un ratón es milagro suficiente,
como para hacer dudar,
a seis trillones de infieles.

sábado, 26 de abril de 2025

“¡Oh capitán, mi Capitán!”

 Walt Whitman 

“¡Oh capitán, mi Capitán!”

 
¡Oh capitán! ¡Mi capitán! Nuestro espantoso viaje ha terminado,
La nave ha salvado todos los escollos, hemos ganado el anhelado premio,
Próximo está el puerto, ya oigo las campanas y el pueblo entero que te aclama,
Siguiendo con sus miradas la poderosa nave, la audaz y soberbia nave;
Más ¡ay! ¡oh corazón! ¡mi corazón! ¡mi corazón!
No ves las rojas gotas que caen lentamente,
Allí, en el puente, donde mi capitán
Yace extendido, helado y muerto.

¡Oh capitán! ¡Mi capitán! Levántate para escuchar las campanas.
Levántate. Es por ti que izan las banderas. Es por ti que suenan los clarines.
Son para ti estos búcaros, y esas coronas adonardas.
Es por ti que en las playas hormiguean las multitudes,
Es hacia ti que se alzan sus clamores, que vuelven sus almas y sus rostros ardientes.
¡Ven capitán! ¡Querido padre!
¡Deja pasar mi brazo bajo tu cabeza!
Debe ser sin duda un sueño que yazgas sobre el puente.
Extendido, helado y muerto.

Mi capitán no contesta, sus labios siguen pálidos e inmóviles,
Mi padre no siente el calor de mi brazo, no tiene pulso ni voluntad,
La nave, sana y salva, ha arrojado el ancla, su travesía ha concluido.
¡La vencedora nave entra en el puerto, de vuelta de su espantoso viaje!
¡Oh playas, alegraos! ¡Sonad, campanas!
Mientras yo con dolorosos pasos
Recorro el puente donde mi capitán
Yace extendido, helado y muerto.

viernes, 25 de abril de 2025

“La joven Parca”

 Paul Valéry

La joven Parca

 

A André Gide, después de

muchos años dejé el arte de

los versos, al ensayar

abstenerme de nuevo, hice

este ejercicio que te dedico.

1917

 

¿Ha formado el Cielo este

cúmulo de maravillas para

habitación de una serpiente?

PIERRE CORNEILLE

 

¿Quién llora allá, si no el simple viento, en esta hora

sola con diamantes extremos?… ¿Pero quién llora,

tan próximo a mí en el momento de llorar?

Esta mano sobre mis trazos que ella sueña rozar,

distraídamente dócil, tiene algún fin profundo,

aguarda de mi debilidad una lágrima que derrite,

y que de mis destinos, lentamente dividida,

en el más puro silencio limpie un corazón roto.

La ondulación me murmura una sombra de reproche,

o, aquí abajo, oculta en sus gargantas de roca,

como decepcionada y bebida amargamente

un rumor de llanto y de constricción…

¿Qué haces, erizada, y esta mano glacial,

y qué gemido de una hoja borrada

persiste entre vosotras, islas de mi seno desnudo?…

Cintilo, aliada a ese cielo desconocido…

El inmenso racimo brilla para mi sed de desastres.

 

Todopoderosos extranjeros, inevitables astros

que se dignan alumbrar al temporal lejano,

yo no sé qué de puro y de sobrenatural;

quienes entre los mortales os sumergís hasta las lágrimas,

esos soberanos estallidos, esas invencibles armas,

y los lances de vuestra eternidad,

estoy sola con ustedes, temblorosa, tras dejar

mi lecho; y por encima del escollo mordido por la maravilla,

interrogo a mi corazón a quien despierta el dolor

¿Qué crimen por mí o sobre mí consumado?…

… O si me persigue el mal de un sueño cautivo,

¿cuándo (el terciopelo de un soplo voló el oro de las lámparas)

con mis fuertes brazos apreté mis sienes

y, largamente, de mi alma contemplé los destellos?

¿Toda? Pero toda mía, amante de mi carne,

endurecida por un escalofrío su extraña extensión,

y en mis dulces lazos, con mi sangre detenida,

me veo verme, sinuosa, y doré

de miradas en miradas, mis profundas florestas.

Perseguía una serpiente que acababa de morderme.

 

¡Qué repleto de deseos, su arrastre!… ¡Qué desorden

de tesoros se desenterraron para mi avidez,

y qué sombría sed de pureza!

¡Vaya trampa!… Al resplandor del dolor restante

me sentí conocida, aun más que lacerada…

En lo más traidor del alma, una punta me nació;

el veneno, mi veneno, me aclara y se conoce:

da color a una virgen enlazada a sí misma,

celosa… Pero, ¿de qué, celosa y amenazada?

¿Y qué silencio habla a mi solo poseedor?

¡Dios! En mi dura herida una secreta hermana

arde, quien se prefiere a la extrema atención.

 

«Mira, no tengo más necesidad de tu raza ingenua,

querida Serpiente… ¡Me enlazo, ser vertiginoso!

Deja de prestarme esa confusión de nudos,

con tu fidelidad que me huye y adivina…

¡Mi alma puede sufrir, adorno de la ruina!

Ella sabe, sobre mi sombra alejando sus tormentos

de mi seno, en las noches, morder las rocas seductoras;

Ella sorbe largamente la leche de las ensoñaciones…

deja entonces desfallecer ese brazo de pedrerías

que amenaza de amor mi destino espiritual…

Nada puedes sobre mí que no sea menos cruel,

menos deseable… Apacigua, entonces, calma esas ondas,

llama a esos torbellinos, a esas promesas inmundas…

Mi sorpresa disminuye y están abiertos mis ojos.

No esperaba menos de mis ricos desiertos

que tales aniñamiento de furia y trenza:

sus fondos apasionados brillan de resequedad,

tan lejos, que me adelanto y me altero por ver

de mis infiernos pensativos los confines sin esperanza…

Lo sé… Mi lasitud es ocasionalmente un teatro.

El espíritu no es tan puro que jamás idolatre

su fuga solitaria que alienta la antorcha

sin ahuyentar los muros de su abatida tumba.

Todo puede nacer aquí en lo bajo de una espera infinita.

La sombra misma se somete a cierta agonía,

el alma avara se entreabre, y del monstruo se conmueve

quien se tuerce al paso de una puerta de fuego…

 

Mas, por listo y caprichoso que parezcas,

reptil, oh, vivas contorsiones, todo solícito de caricias,

tan próximo a la impaciencia y de tan pesada languidez,

¿quién eres, vecina de mi noche de eterna duración?

Tú contemplaste dormir mi bella negligencia…

Si peligrosa, inteligente soy también,

más versátil, oh, Tirse, y más pérfida que ellos.

¡Huye de mí! ¡Del negro retorno, retoma el hilo viscoso!

Ve en busca de ojos cerrados para tus danzas masivas.

Desliza hacia otros lechos tus vestidos sucesivos,

cubran otros corazones los gérmenes de su mal,

y que en los anillos de tu sueño animal

aliente hasta la mañana la inocencia ansiosa!…

Yo, vigilo, salgo, pálida y prodigiosa,

húmeda toda de llantos que no he vertido,

de una ausencia de los contornos de mortales abrazos

para ella misma. Y despedazando una tumba, serena,

me acodo inquieta y soberana, por ende;

muchas de mis visiones entre la noche y el ojo,

los menores movimientos consultan a mi orgullo.»

 

¡Pero temblaba por perder un dolor divino!

Besé esa mordedura fina sobre mi mano,

y no supe más de mi antiguo cuerpo

insensible, que un fuego que ardía sobre mis bordes:

Adiós, pensé, YO, mortal hermana mentira…

 

 Versión en francés

 

La jeune parque

 

Le Ciel a-t-il formé cet amas

de merveilles Pour la demeure

d’un serpent?

PIERRE CORNEILLE

 

Qui pleure là, sinon le vent simple, à cette heure

Seule, avec diamants extrêmes?… Mais qui pleure,

Si proche de moi-même au moment de pleurer?

Cette main, sur mes traits qu’elle rêve effleurer,

Distraitement docile à quelque fin profonde,

Attend de ma faiblesse une larme qui fonde,

Et que de mes destins lentement divisé,

Le plus pur en silence éclaire un coeur brisé.

La houle me murmure une ombre de reproche,

Ou retire ici-bas, dans ses gorges de roche,

Comme chose déçue et bue amèrement,

Une rumeur de plainte et de resserrement…

Que fais-tu, hérissée, et cette main glacée,

Et quel frémissement d’une feuille effacée

Persiste parmi vous, îles de mon sein nu?…

Je scintille, liée à ce ciel inconnu…

L’immense grappe brille à ma soif de désastres.

 

Tout-puissants étrangers, inévitables astres

Qui daignez faire luire au lointain temporel

Je ne sais quoi de pur et de surnaturel;

Vous qui dans les mortels plongez jusques aux larmes

Ces souverains éclats, ces invincibles armes,

Et les élancements de votre éternité,

Je suis seule avec vous, tremblante, ayant quitté

Ma couche; et sur l’écueil mordu par la merveille,

J’interroge mon coeur quelle douleur l’éveille,

Quel crime par moi-même ou sur moi consommé?…

… Ou si le mal me suit d’un songe refermé,

Quand (au velours du souffle envolé l’or des lampes)

J’ai de mes bras épais environné mes tempes,

Et longtemps de mon âme attendu les éclairs?

Toute? Mais toute à moi, maîtresse de mes chairs,

Durcissant d’un frisson leur étrange étendue,

Et dans mes doux liens, à mon sang suspendue,

Je me voyais me voir, sinueuse, et dorais

De regards en regards, mes profondes forêts.

J’y suivais un serpent qui venait de me mordre.

 

Quel repli de désirs, sa traîne!… Quel désordre

De trésors s’arrachant à mon avidité,

Et quelle sombre soif de la limpidité!

Ô ruse!… A la lueur de la douleur laissée

Je me sentis connue encor plus que blessée…

Au plus traître de l’âme, une pointe me naît;

Le poison, mon poison, m’éclaire et se connaît:

Il colore une vierge à soi-même enlacée,

Jalouse… Mais de qui, jalouse et menacée?

Et quel silence parle à mon seul possesseur?

Dieux! Dans ma lourde plaie une secrète soeur

Brûle, qui se préfère à l’extrême attentive.

 

«Va ! je n’ai plus besoin de ta race naïve,

Cher Serpent… Je m’enlace, être vertigineux !

Cesse de me prêter ce mélange de noeuds

Ni ta fidélité qui me fuit et devine…

Mon âme y peut suffire, ornement de ruine !

Elle sait, sur mon ombre égarant ses tourments,

De mon sein, dans les nuits, mordre les rocs charmants;

Elle y suce longtemps le lait des rêveries…

Laisse donc défaillir ce bras de pierreries

Qui menace d’amour mon sort spirituel…

Tu ne peux rien sur moi qui ne soit moins cruel,

Moins désirable… Apaise alors, calme ces ondes,

Rappelle ces remous, ces promesses immondes…

Ma surprise s’abrège et mes yeux sont ouverts.

Je n’attendais pas moins de mes riches déserts

Qu’un tel enfantement de fureur et de tresse

Leurs fonds passionnés brillent de sécheresse

Si loin que je m’avance et m’altère pour voir

De mes enfers pensifs les confins sans espoir…

Je sais… Ma lassitude est parfois un théâtre.

L’esprit n’est pas si pur que jamais idolâtre

Sa fougue solitaire aux élans de flambeau

Ne fasse fuir les murs de son morne tombeau.

Tout peut naître ici-bas d’une attente infinie.

L’ombre même le cède à certaine agonie,

L’âme avare s’entr’ouvre, et du monstre s’émeut

Qui se tord sur le pas d’une porte de feu…

 

Mais, pour capricieux et prompt que tu paraisses,

Reptile, ô vifs détours tout courus de caresses,

Si proche impatience et si lourde langueur,

Qu’es-tu, près de ma nuit d’éternelle longueur?

Tu regardais dormir ma belle négligence…

Mais avec mes périls, je suis d’intelligence,

Plus versatile, ô Thyrse, et plus perfide qu’eux.

Fuis-moi! du noir retour reprends le fil visqueux!

Va chercher des yeux clos pour tes danses massives.

Coule vers d’autres lits tes robes successives,

Couve sur d’autres coeurs les germes de leur mal,

Et que dans les anneaux de ton rêve animal

Halète jusqu’au jour l’innocence anxieuse!…

Moi, je veille. Je sors, pâle et prodigieuse,

Toute humide des pleurs que je n’ai point versés,

D’une absence aux contours de mortelle bercés

Par soi seule… Et brisant une tombe, sereine,

Je m’accoude inquiète et pourtant souveraine,

Tant de mes visions parmi la nuit et l’oeil,

Les moindres mouvements consultent mon orgueil.»

 

Mais je tremblais de perdre une douleur divine!

Je baisais sur ma main cette morsure fine,

Et je ne savais plus de mon antique corps

Insensible, qu’un feu qui brûlait sur mes bords:

Adieu, pensai-je, MOI, mortelle soeur mensonge…

jueves, 24 de abril de 2025

“La tumba de Edgar Allan Poe”

 Stéphane Mallarmé

“La tumba de Edgar Allan Poe”


Como hasta él mismo al fin la eternidad lo guía
el Poeta provoca con su acero pulido
a su siglo espantado por nunca haber sabido
que en esa voz extraña la muerte triunfaría.

 

Vil sobresalto de hidra frente al ángel que urgía
al habla de la tribu dar más puro sentido.
Proclamaron bien alto el hechizo bebido
en la ola deshonrada de alguna negra orgía.

 

¡Hostilidad del suelo y de la nube leve!
Si nuestra idea contigo no esculpe su relieve
que en la tumba de Poe de esplendor se revista,

 

Calmo bloque caído desde un desastre oscuro,
que al menos el granito muestre siempre su arista
a la oscura Blasfemia dispersa en el futuro.

 

Versión en francés

 

Le tombeau d’Edgard Poe

 

Tel qu’en Lui-même enfin l’éternité le change,
Le Poëte suscite avec un glaive nu
Son siècle épouvanté de n’avoir pas connu
Que la mort triomphait dans cette voix étrange!

 

Eux, comme un vil sursaut d’hydre oyant jadis l’Ange
Donner un sens plus pur aux mots de la tribu
Proclamèrent très haut le sortilège bu
Dans le flot sans honneur de quelque noir mélange.

 

Du sol et de la nue hostiles, ô grief!
Si notre idée avec ne sculpte un bas-relief
Dont la tombe de Poe éblouissante s’orne

 

Calme bloc ici-bas chu d’un désastre obscur,
Que ce granit du moins montre à jamais sa borne
Aux noirs vols du Blasphème épars dans le futur.