domingo, 30 de septiembre de 2018

“Secretamente”

Francisco Gálvez (1986): Santuario

“Secretamente”

Acompañar a un cuerpo dormido,
acariciar su piel mientras sueñas
en amar esos años prodigiosos
en íntima vigilia,
rememorar ese cuerpo secreto
de ojos dulces y causa ciega,
decir amor sobre sus largos cabellos
y recorrer audaz la línea divisoria,
sin transgredir su paz ni su silencio. 

sábado, 29 de septiembre de 2018

“Así era"

José Hierro (1947): Tierra sin nosotros

“Así era”

Canta, me dices. Y yo canto.
¿Cómo callar? Mi boca es tuya.
Rompo contento mis amarras,
dejo que el mundo se me funda.
Sueña, me dices. Y yo sueño.
¡Ojalá no soñara nunca!
No recordarte, no mirarte,
no nadar por aguas profundas,
no saltar los puentes del tiempo
hacia un pasado que me abruma,
no desgarrar ya más mi carne
por los zarzales, en tu busca.

Canta, me dices. Yo te canto
a ti, dormida, fresca y única,
con tus ciudades en racimos,
como palomas sucias,
como gaviotas perezosas
que hacen sus nidos en la lluvia,
con nuestros cuerpos que a ti vuelven
como a una madre verde y húmeda.

Eras de vientos y de otoños,
eras de agrio sabor a frutas,
eras de playas y de nieblas,
de mar reposando en la bruma,
de campos y albas ciudades,
con un gran corazón de música. 

viernes, 28 de septiembre de 2018

“Llegada al mar”

José Hierro (1947): Tierra sin nosotros

“Llegada al mar”

Cuando salí de ti, a mí mismo
me prometí que volvería.
Y he vuelto. Quiebro con mis piernas
tu serena cristalería.
Es como ahondar en los principios,
como embriagarse con la vida,
como sentir crecer muy hondo
un árbol de hojas amarillas
y enloquecer con el sabor
de sus frutas más encendidas.
Como sentirse con las manos
en flor, palpando la alegría.
Como escuchar el grave acorde
de la resaca y de la brisa.

Cuando salí de ti, a mí mismo
me prometí que volvería.
Era en otoño, y en otoño
llego, otra vez, a tus orillas.
(De entre tus ondas el otoño
nace más bello cada día.)

Y ahora que yo pensaba en ti
constantemente, que creía...

(Las montañas que te rodean
tienen hogueras encendidas.)

Y ahora que yo quería hablarte,
saturarme de tu alegría...

(Eres un pájaro de niebla
que picotea mis mejillas.)

Y ahora que yo quería darte
toda mi sangre, que quería...

(Qué bello, mar, morir en ti
cuando no pueda con mi vida.)

jueves, 27 de septiembre de 2018

“El desayuno”

Luis Alberto de Cuenca (1993): El hacha y la rosa

“El desayuno”

Me gustas cuando dices tonterías,
cuando metes la pata, cuando mientes,
cuando te vas de compras con tu madre
y llego tarde al cine por tu culpa.
Me gustas más cuando es mi cumpleaños
y me cubres de besos y de tartas,
o cuando eres feliz y se te nota,
o cuando eres genial con una frase
que lo resume todo, o cuando ríes
(tu risa es una ducha en el infierno),
o cuando me perdonas un olvido.
Pero aún me gustas más, tanto que casi
no puedo resistir lo que me gustas,
cuando, llena de vida, te despiertas
y lo primero que haces es decirme:
«Tengo un hambre feroz esta mañana.
Voy a empezar contigo el desayuno». 

miércoles, 26 de septiembre de 2018

“Urbano y dulce revuelo"

Luis Cernuda (1924-1927): Primeras poesías

“Urbano y dulce revuelo”

Urbano y dulce revuelo
suscitando fresca brisa
para sazón de sonrisa
que agosta el ardor del suelo;
 pues si aquel mudo señuelo
de caña y papel, pasivo
al curvo desmayo estivo,
aún queda, brusca delicia,
la que abre tu caricia,
oh ventilador cautivo.

martes, 25 de septiembre de 2018

“Vaivén”

Francisco Gálvez (1994): Tránsito

“Vaivén” 

El mar mantiene su vaivén
variable, e invariable.

Miro las aguas espumosas
y luego transparentes,
suben y bajan en la playa,
se estrellan en las rocas.

En apariencia son uniformes
en su movimiento,
pero la diversidad reina
en todos sus gestos. 

lunes, 24 de septiembre de 2018

“Como gata boca arriba”

Gioconda Belli (2010): El país de las mujeres

“Como gata boca arriba”

Te quiero como gata boca arriba,
panza arriba te quiero
maullando a través de tu mirada,
de este amor-jaula
violento,
lleno de zapatos
como una noche de luna
y dos gatos enamorados
discutiendo su amor en los tejados,
amándose a gritos y llantos,
a maldiciones, lágrimas y sonrisas
(de esas que hacen temblar el cuerpo de alegría).

Te quiero como gata boca arriba
y me defiendo de huir,
de dejar esta pelea
de callejones y noches sin hablarnos,
este amor que marea,
que me llena de polen,
de fertilidad
y me anda en el día por la espalda
haciéndome cosquillas.

No me voy, no quiero irme, dejarte,
te busco agazapada,
ronroneando.
Te busco saliendo detrás del sofá,
brincando sobre tu cama,
pasándote la cola por los ojos,
te busco desperezándome en la alfombra,
poniéndome los anteojos para leer
libros de educación o del hogar
y no andar chiflada y saber manejar la casa,
poner la comida,
asear los cuartos,
amarte sin polvo y sin desorden,
amarte organizadamente,
poniéndole orden a este alboroto
de revolución y trabajo y amor
a tiempo y destiempo,
de noche, de madrugada,
en el baño,
riéndonos como gatos mansos,
lamiéndonos la cara como gatos viejos y cansados
a los pies del sofá de leer el periódico.

Te quiero como gata agradecida,
gorda de estar mimada,
te quiero como gata flaca
perseguida y llorona,
te quiero como gata, mi amor,
como gata, Gioconda,
como mujer
te quiero. 

domingo, 23 de septiembre de 2018

“Yo te ofrezco la magia”

Luis García Montero (1989): El jardín extranjero, precedido de Poemas de Tristia

“Yo te ofrezco la magia”

Yo te ofrezco la magia:

esconderme tu boca
detrás de las muñecas,
hacer tu desnudez
invisible en mis hombros.
¡Desaparezcas tú!
Debajo de mi espalda
salgan sólo tus manos
en forma de palomas

y atónita
preguntes
en qué parte del acto
pudiera estar el truco. 

sábado, 22 de septiembre de 2018

“Completamente viernes”

Luis García Montero (1998): Completamente viernes

“Completamente viernes”

Por detergentes y lavavajillas,
por libros ordenados y escobas en el suelo,
por los cristales limpios, por la mesa
sin papeles, libretas ni bolígrafos,
por los sillones sin periódicos,
quien se acerque a mi casa
puede encontrar un día
completamente viernes.

Como yo me lo encuentro
cuando salgo a la calle
y está la catedral

tomada por el mundo de los vivos
y en el supermercado
junio se hace botella de ginebra,
embutidos y postre,
abanico de luz en el quiosco
de la floristería,
ciudad que se desnuda completamente viernes.

Así mi cuerpo
que se hace memoria de tu cuerpo
y te presiente
en la inquietud de todo lo que toca,
en el mando a distancia de la música,
en el papel de la revista,
en el hielo deshecho
igual que se deshace una mañana
completamente viernes.

Cuando se abre la puerta de la calle,
la nevera adivina lo que supo mi cuerpo
y sugiere otros títulos para este poema:
completamente tú,
mañana de regreso, el buen amor,
la buena compañía.

viernes, 21 de septiembre de 2018

“Beato sillón”

Jorge Guillén (1928): Cántico

“Beato sillón”

¡Beato sillón! La casa
corrobora su presencia
con la vaga intermitencia
de su invocación en masa
a la memoria. No pasa
nada. Los ojos no ven,
saben. El mundo está bien
hecho. El instante lo exalta
a marea, de tan alta,
de tan alta, sin vaivén. 

jueves, 20 de septiembre de 2018

"Jarchas"

Anónimo (siglos XI y XII)

"Jarchas"


Ya mamma, meu I-habile
vais e no más tornarade.
Gar qué fare yo, ya mama:
¿no un besiello lesarade?
Madre, mi amigo
se va y no tornará más.
Dime que haré, madre:
¿ni un besito me dejará?
Sepas, ya meu amore:
quédome yo sin dormire
¡Imsi ya, imsi, habibi!
non sei levar tu huire
Has de saber, amor mío:
quédome yo sin dormir.
¡Ven ya, ven, amigo mío!:
no sé sobrellevar tu huir.
Vaise mio corachón de mib.
¡Ya Rab!, ¿si me tornarad?
Tan mal me dóled li-I-habib:
enfermo yed, ¿cuánd sanarad?
Se va mi corazón de mí.
¡Ay, Dios!, ¿acaso tornará?
Tanto me duele por el amado:
enfermo está, ¿cuándo sanará?
Gar sabes devina,
e devinas bi-I-haqq,
garme cuánd me vernad
meu habibi Ishaq.
Pues sabes adivinar
y adivinas la verdad,
dime cuándo vendrá
mi amigo Isaac.
Gar, ¿qué fareyo?
¿cómo vivreyo?
Est’al-habib espero,
por él mureyo.
Dime, ¿qué haré?
¿cómo viviré?
A este amado espero,
por él moriré.
¿Qué fareyo, o qué serad de mibi,
habibi?
¡Non te tolgas de mibi!
¿Qué haré o qué será de mí,
amado?
¡No te apartes de mí!