jueves, 27 de febrero de 2020

“Varón de miel”

María Victoria Atencia (1988)

Varón de miel”

No podía perderte si te tuve en mis brazos.
Pero yo te buscaba, aún dentro de mí,
como en un ostensorio de gloriosos dolores,
varón de harina y miel y soles persuadidos,
pero que me aguardase y que me doblegara,
mi vecino entrañable, en la red de mis venas.
El huésped

Su palabra le ofrece la rosa de los vientos:
déjalo que se exprese con orden y desorden,
imprevisiblemente recorriendo los cuartos
como un pájaro a tientas libertad recobrada;
o que se alce al azul dorado a pesar mío,
y yo te diga entonces, ya sola, su recuerdo´
conturbada mi alma tras de su cerradura.
Ternura

Quizá no sea ternura la palabra precisa
para este cierto modo compartido
de quedar en silencio ante lo bello exacto,
o de hablar yo muy poco y ser tú la belleza
misma, su emblema, aunque tan próxima
y latiendo.
Y es también un destino unánime que vuelvan
a idéntico silencio –cuando llegue la hora
de la tragedia indecible– mi palabra y tu zarpa.

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