Ángeles Mora (2000): Caligrafía de ayer
“Mester de juglaría”
Conce, maestra de la vida
Cuando te conocí
debías de tener los años que ahora tengo
y una luz propia
que no logró apagar el tiempo.
Tu casa era la casa de todos
los mosqueteros.
Tú eras nuestra
dama en aquel oculto reino.
Todos para uno y uno para todos
Dimos el corazón a nuestros sueños.
Aquellos fueron años duros
que solo la esperanza hizo ligeros.
Una esperanza que llevaba
tu nombre contagioso en nuestro pecho.
Antes de ti
el mundo estaba lejos,
tú lo hiciste cercano, manejable
como una charla alrededor del fuego.
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