Alceo
“Oda VI. A los compañeros”
Bebamos, pues, bebamos:
la lámpara luciente
¿a qué fin la esperamos?
El día va volando brevemente,
y el vino ya en las tazas derramado,
formando mil colores,
brinda y convida al paladar cansado.
El vino delicado,
cuyos dulces favores
debidos son al hijo de Semeje,
y Jove soberano,
que de los males bárbaros se duele,
y al Olvido los da con franca mano,
derrama, pues, derrama:
colma este vaso; aquél al punto llena,
que el uno al otro llama,
y haz una mezcla buena
a dos de vino ardiente
juntando uno de agua solamente.
la lámpara luciente
¿a qué fin la esperamos?
El día va volando brevemente,
y el vino ya en las tazas derramado,
formando mil colores,
brinda y convida al paladar cansado.
El vino delicado,
cuyos dulces favores
debidos son al hijo de Semeje,
y Jove soberano,
que de los males bárbaros se duele,
y al Olvido los da con franca mano,
derrama, pues, derrama:
colma este vaso; aquél al punto llena,
que el uno al otro llama,
y haz una mezcla buena
a dos de vino ardiente
juntando uno de agua solamente.
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