Maru Bernal (2023): No todos volvimos de Troya
“III”
Baja a la playa midiendo sus pasos
—la humedad no es buena para la artrosis—,
la tarde se demora al abrigo del viento,
roza la luz su cuerpo aterido.
Recuerdos de fogatas apagadas,
reses flotando a la deriva,
el ominoso silencio en la barca,
el fragor del agua en el mar.
Transcurre así el primer día
después del Diluvio.
Ella cavilando en la playa,
él dormitando en la cueva,
la marea alta, el cielo inquisitivo,
un oráculo indescifrable
silbando incesante en sus oídos.
Cuando coge el primer canto
en un acto reflejo
y lo arroja descuidada
por encima del hombro,
Pirra no sabe que ese gesto
libera a los dioses por siempre
de su deuda con la Tierra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario