lunes, 30 de junio de 2025

“Y se elevó un árbol. ¡Oh, pura elevación!”

 Rainer María Rilke

“Y se elevó un árbol. ¡Oh, pura elevación!”

 

Escritos, como monumento funerario para Vera Ouckama Knof

 

Y se elevó un árbol. ¡Oh pura elevación!
¡Oh canto de Orfeo! ¡Oh gran árbol frondoso en la oreja!
Y todo calla. Sin embargo, en el vasto silencio
hay un nuevo principio, una señal y un cambio.

 

Animales de quietud salen de la clara
y liberada selva de guaridas y de nidos;
y entonces revelan que no por astucia
ni por angustia se han callado,

 

sino para escuchar. Rugidos, gritos, bramidos
parecían pequeños a sus corazones. Y ahí donde apenas
había una choza para acoger el canto,

 

un humilde refugio nacido del más obscuro anhelo,
con una entrada de temblorosos quiciales,
ahí creaste tú un templo en el oído.

 

* * *

 

Y era casi una niña la que surgió
de esa ventura única del canto y de la lira
y que brilló a través del velo de la primavera
y que se hizo un lecho en mi oreja.

 

Y se durmió en mí. Y todo era su sueño:
Los árboles que un día admiré
esa lejanía sensible, esa pradera sentida
y cada asombro que me embargaba.

 

Ella dormía el mundo. Dios cantor,
¿cómo la has hecho tan perfecta que no haya codiciado
ante todo despertar? Ve, ella surgió y se durmió.

 

¿Dónde está su muerte? ¿Oh, ese motivo, podrás aún
inventarlo, antes de que se consuma tu canto?
¿A dónde se me va, lejos de mí?… Casi una niña…

 

* * *

 

Sólo un dios puede hacerlo. Mas, dime,
cómo lo seguiría un hombre sobre la estrecha lira?
Su espíritu está hendido. En la encrucijada
de dos caminos del corazón, no hay templo para Apolo.

 

El canto, como lo enseñas, no es codicia
ni búsqueda de algo aún no alcanzado;
el canto es existencia. Para el dios, cosa fácil.
Pero nosotros ¿cuándo somos? ¿Y cuándo dirige él

 

hasta nuestro ser la tierra y las estrellas?
Todavía no eres nada, joven, cuando amas,
aun si también la voz te abre a fuerzas la boca: aprende

 

a olvidar que cantas. Cantar es cosa fluida.
En verdad, cantar es otro soplo. Un soplo en torno a nada
Un hálito en Dios… Viento.

 

* * *

 

No elevéis ninguna estela. Sólo dejad que la rosa
cada año florezca para su gloria,
pues es Orfeo. Ved su metamorfosis
en esto o aquello. No nos afanemos

 

en buscar otros nombres. Una vez por todas
es Orfeo cuando canta. Viene y se va.
¿No es ya mucho que a la copa de rosas
a veces sobreviva unos días?

 

¡Ojalá comprendáis que tiene que esfumarse!
Aunque a él mismo le angustie desaparecer,
mientras que su palabra prolonga su existencia.

 

Está ya lejos donde no podéis acompañarlo.
La reja de la lira no constriñe sus manos.
Y él obedece cuando penetra en el más allá.

 

* * *

 

¿Es de la tierra? No, de los dos reinos
se alimenta su amplia naturaleza.
Con más arte doblaría las ramas de los sauces
quien tomó su saber de sus raíces.

 

Cuando os acostéis, no dejéis sobre la mesa
ni el pan ni la leche: atraen a los muertos.
Pero él, el encantador, que mezcle,
bajo la mansedumbre de sus párpados,

su presencia en toda cosa vista;
el hechizo de la adormidera y de la armaga
es para él tan verdadero como la relación más clara.

 

Nada puede estropearle la legítima imagen;
sacada de la tumba o de los aposentos,
ya sea que celebre el anillo, el broche o el cántaro.

 

* * *

 

¡Celebrar, eso es! Su oficio es celebrar.
Surge, como un mineral, del silencio de la piedra.
Su corazón es el lagar perecedero
de un vino inagotable para los hombres.

 

Jamás, ante el polvo, le hace falta la voz,
cuando de él se apodera el ejemplo divino.
Todo se vuelve vino o se torna racimo,
todo madura en el medio día sensitivo.

 

Para él ni la carne putrefacta de los reyes en las tumbas
ni la sombra que cae de los dioses
acusarán a la gloria de mentira.

 

Es uno de los mensajeros perdurables
y mucho más allá de las puertas del infierno
él sostiene unas copas con las frutas de gloria.

 

* * *

Sólo en el espacio de la alabanza tiene cabida la
lamentación,
la ninfa de la fuente que llora
y que vigila nuestro desaliento
pues debe purificarse en la misma roca

 

que sostiene los arcos y los altares.
Mira, en torno de sus tranquilos hombros alborea
el presentimiento de que ella ha de ser la más joven
entre las que son hermanas por el alma.

 

El júbilo sabe, la nostalgia confiesa,
sólo la lamentación aprende todavía; sus manos virginales
cuentan noches enteras el antiguo mal.

 

Pero de pronto, con movimiento oblicuo e inexperto,
lleva una constelación de nuestra voz
al cielo que no empaña su aliento.

 

* * *

 

Os saludo, vosotros que jamás habéis dejado de
conmoverme,
sarcófagos antiguos que el agua jubilosa
en los tiempos romanos
atravesaba con su canción errante.

 

O bien aquellos abiertos como el ojo
de un pastor mañanero
—por dentro llenos de quietud y de abrojos
de donde volaban embriagadas mariposas.

 

A todos los que se salvaron de la duda
los saludo, bocas de nuevo abiertas
que ya sabían lo que significa el silencio.

 

Y nosotros, amigos ¿lo sabemos acaso?
La hora morosa forma ambas cosas
sobre los rostros humanos.

domingo, 29 de junio de 2025

"Mors"

 Giosuè Carducci 

“Mors”

 

Cuando a nuestros hogares la diosa severa desciende,
se oye de lejos el rumor de sus alas.

La sombra que proyecta cuando gélida, avanza,
difunde en torno lúgubres silencios.

Su cabeza los hombres inclinan cuando ella ha llegado;
los femeninos pechos tiemblan de anhelo.

Así en los altos bosques, cuando julio condensa huracanes,
ni un soplo corre por las verdosas cumbres;

como inmóviles, yertos, deja el escalofrío a los bosques;
sólo se escucha al río que gime ronco.

Entra ella, y pasa, y toca; sin volverse siquiera, derriba
los arbolitos, de su frescor gozosos;

siega la rubia espiga, y arranca también los agraces;
llévase esposas, llévase las doncellas

galanas y los niños; éstos tienden sus brazos de rosa
hacia el sol, bajo el ala negra, y sonríen.

¡Triste el hogar en donde, frente a rostros de padres dolientes,
pálida diosa, vidas nuevas apagas!

Dentro de sus paredes, risas y voces festivas no se oyen,
ni bisbiseos, como en nidos de mayo.

No se oyen los rumores de los años que crecen alegres,
ni de amor cuitas, ni las danzas de boda.

Allí los que perviven, en la sombra envejecen, atentos
siempre a tus pasos; siempre, ¡oh diosa!, esperándote.

 

Versión original en italiano

 

Giosuè Carducci

 

“Mors”

 

Quando a le nostre case la diva severa discende,
da lungi il rombo de la volante s’ode,


e l’ombra de l’ala che gelida gelida avanza
diffonde intorno lugubre silenzïo.

 

Sotto la venïente ripiegano gli uomini il capo,
ma i sen feminei rompono in aneliti.

 

Tale de gli alti boschi, se luglio il turbine addensa,
non corre un fremito per le virenti cime:

 

immobili quasi per brivido gli alberi stanno,
e solo il rivo roco s’ode gemere.

 

Entra ella, e passa, e tocca; e senza pur volgersi atterra
gli arbusti lieti di lor rame giovani;

 

miete le bionde spiche, strappa anche i grappoli verdi,
coglie le spose pie, le verginette vaghe

 

ed i fanciulli: rosei tra l’ala nera ei le braccia
al sole a i giuochi tendono e sorridono.

 

Ahi tristi case dove tu innanzi a’ vólti de’ padri,
pallida muta diva, spegni le vite nuove!

 

Ivi non piú le stanza sonanti di risi e di festa
o di bisbigli, come nidi d’augelli a maggio:

 

ivi non piú il rumore de gli anni lieti crescenti,
non de gli amor le cure, non d’Imeneo le danze:

 

invecchian ivi ne l’ombra i superstiti, al rombo
del tuo ritorno teso l’orecchio, ¡o dea!

sábado, 28 de junio de 2025

"El soneto"

 Giosuè Carducci (1906): Rimas nuevas

 

“El soneto”

 

Dante le dio del serafín el vuelo
circundado de azules y de oros;
en manantial de rimas y de lloros
diole Petrarca el corazón en duelo.

Del venosino y del mantuano suelo,
la musa tiburtina los decoros
diole al Tasso; y en déspotas desdoros
Alfieri lo clavó como escalpelo.

Fóscolo, el trino de los ruiseñores
y del nativo acanto los primores
le dio bajo los jónicos cipreses.

Último yo -no sexto- vuelo y llanto,
arte, hálitos, iras, en él canto,
y lo elevo a los Manes como preces.

 

Versión original en italiano

 

Giosuè Carducci (1906) Rime nuove

 

“Il sonetto”

 

Dante il mover gli diè del cherubino
E d’aere azzurro e d’or lo circonfuse:
Petrarca il pianto del suo cor, divino

Rio che pe’ versi mormora, gl’infuse.

La mantuana ambrosia e ’l venosino
Miel gl’impetrò da le tiburti muse
Torquato; e come strale adamantino

Contro i servi e’ tiranni Alfier lo schiuse.

La nota Ugo gli diè de’ rusignoli
Sotto i ionii cipressi, e de l’acanto

Cinsel fiorito a’ suoi materni soli.

Sesto io no, ma postremo, estasi e pianto
E profumo, ira ed arte, a’ miei dí soli

Memore innovo ed a i sepolcri canto.

viernes, 27 de junio de 2025

“Preludio”

 Giosuè Carducci (1899): Odas bárbaras 

“Preludio”

 

Odio la poesía al uso; brinda,
fácil, al vulgo sus costados lacios;
alárgase entre abrazos rutinarios,
lánguida, y duerme.

Viva la estrofa quiero yo, que al ritmo
de pies y palmas en los coros salte;
su ala yo atrapo al vuelo, y ella, indómita,
niégase y lucha.

Tal la bacante, en el Edón nevoso,
de ávido fauno entre los brazos presa;
estrujadas, del pecho en flor las gracias
tiemblan más bellas.

Gritos y besos en la ardiente boca
mézclanse; el sol en la marmórea frente
ríe, y la larga cabellera ondula
trémula al viento.

 

Versión original en italiano

 

Giosuè Carducci (1899): Odi barbare

 

“Preludio”

 

Odio l’usata poesia: concede
comoda al vulgo i flosci fianchi e senza
palpiti sotto i consueti amplessi
stendesi e dorme. 

 

A me la strofe vigile, balzante
co ‘l plauso e ‘l piede ritmico ne’ cori:
per l’ala a volo io còlgola, si volge
ella e repugna. 

 

Tal fra le strette d’amator silvano
torcesi un’evia su ‘l nevoso Edone:
piú belli i vezzi del fiorente petto
saltan compressi, 

 

e baci e strilli su l’accesa bocca
mesconsi: ride la marmorea fronte
al sole, effuse in lunga onda le chiome
fremono a’ venti.

jueves, 26 de junio de 2025

“San Martino”

 Giosuè Carducci

San Martino”


La niebla de cuellos rizados
se levanta como la lluvia.
El mar aúlla y palidece
bajo el efecto del mistral.

Pero en los caminos de la aldea,
unas cubas en fermentación
el áspero olor de los vinos
regocija el corazón.

 

Sobre los leños candentes,
el asador gira crepitando,
el cazador silba
y desde el umbral de su puerta, observa

entre las nubes plomizas
el vuelo de unos pájaros oscuros
que migran en el crepúsculo,
como pensamientos desterrados.

 

Versión original en italiano

 

Giosuè Carducci

 

“San Martino”

 

La nebbia agli irti colli
Piovigginando sale,
E sotto il maestrale
urla e biancheggia il mare;

Ma per le vie del borgo
Dal ribollir dè tini
Va l’aspro odor de i vini
L’anime a rallegrar.

Gira sù ceppi accesi
Lo spiedo scoppiettando:
Sta il cacciator fischiando
Su l’uscio a rimirar

Tra le rossastre nubi
Stormi d’uccelli neri,
Com’esuli pensieri,
Nel vespero migrar.

miércoles, 25 de junio de 2025

“El segundo advenimiento”

 William Butler Yeats (1921) 

El segundo advenimiento

 

Dando vueltas y vueltas en la espiral creciente
no puede ya el halcón oír al halconero;
todo se desmorona; el centro cede;
a anarquía se abate sobre el mundo,
se suelta la marea de la sangre, y por doquier
se anega el ritual de la inocencia;
los mejores no tienen convicción, y los peores
rebosan de febril intensidad.

Una revelación se aproxima;
se aproxima el Segundo Advenimiento.
¡El Segundo Advenimiento! Lo digo,
y ya una vasta imagen del Spiritus Mundi
turba mi vista; allá en las arenas del desierto
una figura con cuerpo de león y cabeza de hombre,
una mirada en blanco y despiadada como el sol,
mueve sus lentos muslos, y en rededor planean
sombras de airadas aves del desierto.
Cae la oscuridad de nuevo, mas ahora sé
que a veinte siglos de obstinado sueño
los meció una pesadilla en su cuna,
¿y qué escabrosa bestia, llegada al fin su hora,
se arrastra hasta Belén para nacer?

 

Versión en inglés


William Butler Yeats

“The second coming”

 

Turning and turning in the widening gyre
The falcon cannot hear the falconer;
Things fall apart; the centre cannot hold;
Mere anarchy is loosed upon the world,
The blood-dimmed tide is loosed, and everywhere
The ceremony of innocence is drowned;
The best lack all conviction, while the worst
Are full of passionate intensity.

Surely some revelation is at hand;
Surely the Second Coming is at hand.
The Second Coming! Hardly are those words out
When a vast image out of Spiritus Mundi
Troubles my sight: a waste of desert sand;
A shape with lion body and the head of a man,
A gaze blank and pitiless as the sun,
Is moving its slow thighs, while all about it
Wind shadows of the indignant desert birds.

The darkness drops again but now I know
That twenty centuries of stony sleep
Were vexed to nightmare by a rocking cradle,
And what rough beast, its hour come round at last,
Slouches towards Bethlehem to be born?

martes, 24 de junio de 2025

"La rosa secreta"

William Butler Yeats

"La rosa secreta

Lejana, muy secreta, inviolada Rosa,
estréchame en mi hora de las horas;
y quienes te buscaron en el Santo Sepulcro
o en el tonel de vino, moraron más allá
de los tumultos de sueños derrotados; y profundos,
entre párpados grises muy pesados de sueño,
los hombres han nombrado la belleza. Tus grandes hojas muestran
las barbas antiguas de los coronados Reyes Magos,
sus yelmos de rubí y oro; ye! rey cuyos ojos contemplara
las Manos Traspasadas en la Cruz elevarse
en druídicos vapores, y las teas apagarse,
hasta que e! vano frenesí lo despertara y muriera.
Y aquel que halló a Fand caminando entre llamas de rocío,
junto a una costa gris que el viento no soplaba
y perdió mundo y Emer por un beso.
Y el que llevó los dioses fuera de los muros
y se entregó al festín hasta que cien rojas albas
contemplara y llorara los túmulo s de sus muertos.
El rey altivo y soñador que penas y coronas arrojara
y al bufón y al poeta convocando,
morara en hondos bosques con los errantes manchados de vino.
Y el que vendió labranza, casa y bienes
y buscó en mar y tierra por años incontables,
y al final encontró, entre risas y llanto
mujer tan radiante en su belleza
que los hombres trillaban el cereal hasta la noche
por un rizo robado, por un pequeño rizo.
Y yo también aguardo ese momento:
las grandes tempestades de tu amor, de tu odio.
¿Cuándo se arrojarán las estrellas del cielo
y como chispas de herrería morirán?
¿Ciertamente, ha llegado tu hora, tus tempestades soplan,
lejana, muy secreta, inviolada Rosa?

Poema original en ingles

«The Secret Rose»

Oar-off, most secret, and inviolate Rose,
Enfold me in my hour of hours; where those
Who sought thee in the Holy Sepulchre,
Or in the wine-vat, dwell beyond the stir
And tumult of defeated dreams; and deep
Among pale eyelids, heavy with the sleep
Men have named beauty. Thy great leaves enfold
The ancient beards, the helms of ruby and gold
Of the crowned Magi; and the king whose eyes
Saw the pierced Hands and Rood of elder rise
In Druid vapour and make the torches dim;
Till vain frenzy awoke and he died; and him
Who met Fand walking among flaming dew
By a grey shore where the wind never blew,
And lost the world and Emer for a kiss;
And him who drove the gods out of their liss,
And till a hundred morns had flowered red
Feasted, and wept the barrows of his dead;
And the proud dreaming king who flung the crown
And sorrow away, and calling bard and clown
Dwelt among wine-stained wanderers in deep woods:
And him who sold tillage, and house, and goods,
And sought through lands and islands numberless years,
Until he found, with laughter and with tears,
A woman of so shining loveliness
That men threshed corn at midnight by a tress,
A little stolen tress. I, too, await
The hour of thy great wind of love and hate.
When shall the stars be blown about the sky,
Like the sparks blown out of a smithy, and die?
Surely thine hour has come, thy great wind blows,
Far-off, most secret, and inviolate Rose?