martes, 19 de febrero de 2019

“Dar celos quita el honor”

María de Zayas

“Dar celos quita el honor”

Dar celos quita el honor;
la presunción, pedir celos;
no tenerlos no es amor,
y discreción es tenerlos.

Quien por picar a su amante
pierde a su honor el respeto
y finge lo que no hace,
o se determina a hacerlo,

ocasionando el castigo,
se pone a cualquiera riesgo;
que también supone culpa
la obra como el deseo.

Quien pide celos, no estima
las partes que le dio el Cielo,
y ensalzando las ajenas,
abate el merecimiento.

Está a peligro que elija
su mismo dueño por dueño,
lo que por reñir su agravio
sube a la esfera del fuego.

Quien tiene amor y no cela,
todos dicen, y lo entiendo,
que no estima lo que ama
y finge sus devaneos.

Celos y amor no son dos:
uno es causa; el otro, efecto.
Porque efecto y causa son
dos, pero sólo un sujeto.

Nacen celos del amor,
y el mismo amor son los celos,
y si es, como dicen, dios,
una en dos causas contemplo.

Quien vive tan descuidado
que no teme, será necio;
pues quien más estado alcanza,
más cerca está de perderlo.

Seguro salió Faetón
rigiendo el carro febeo,
confiado en su volar
por las regiones del cielo.

Ícaro, en alas de cera,
por las esferas subiendo,
y en su misma confianza,
Ícaro y Faetón murieron.

Celos y desconfianza,
que son una cosa es cierto;
porque el celar es temer;
el desconfiar, lo mesmo.

Luego quien celos tuviere
es fuerza que sea discreto,
porque cualquier confiado
está cerca de ser necio.

Con aquesto he desatado
la duda que se ha propuesto,
y responderé a cualquiera
que deseare saberlo.

De que en razón de celos,
es tan malo darlos
como tenerlos.

Pedirlos, libertad;
darlos, desprecio.
Y de los dos extremos,
malo es tenerlos; pero aqueste quiero,
porque mal puede amor serlo sin ellos. 

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