lunes, 30 de septiembre de 2019

“¿Cómo era?”

Dámaso Alonso (1921): Poemas puros, poemillas de ciudad

“¿Cómo era?”

La puerta, franca. Vino queda y suave.
Ni materia ni espíritu. Traía
una ligera inclinación de nave
y una luz matinal de claro día.

No era de ritmo, no era de armonía
ni de color. El corazón la sabe,
pero decir cómo era no podría
porque no es forma, ni en la forma cabe.

Lengua, barro mortal, cincel inepto,
deja la flor intacta del concepto
en esta clara noche de mi boda,

y canta mansamente, humildemente,
la sensación, la sombra, el accidente,
mientras ella me llena el alma toda.

domingo, 29 de septiembre de 2019

"Fragmento de las Coplas de la Panadera"

Anónimo (c. 1450): Coplas de la panadera

"Fragmento de las Coplas de la Panadera"


Con lengua brava e parlera
y el corazón de alfeñique,
el comendador Manrique
escogió bestia ligera,
y dio tan gran correndera
fuyendo muy a deshora
que seis leguas en un hora
dejó tras sí la barrera.
Di, Panadera.
Con costumbre vocinglera,
temblando como las fojas,
va don Fernando de Rojas,
no manco de la cadera,
e por verdad muy certera
fue a la villa de Portillo,
de miedo muy amarillo,
donde guarecer quisiera.
Di, Panadera.
Salido como de osera,
Ruy Díaz el mayordomo,
tan velloso vientre y lomo
como osa colmenera:
si la fe que prometiera
la guardase, según fallo,
 no comiera su caballo
en el real la cibera.
Di, Panadera.
Tomando yegua ligera
con mayor miedo que saña,
Fernán López de Saldaña,
más negro que una caldera,
saltando la barbillera
encomenzó de decir
que al que quisiera fuir
él le iría a la estribera.
Di, Panadera. 

sábado, 28 de septiembre de 2019

“Noche cerrada”

Vicente Aleixandre (1928): Ámbito

“Noche cerrada”

Campo desnudo. Sola
la noche inerme. El viento
insinúa latidos
sordos contra sus lienzos.

La sombra a plomo ciñe
fría, sobre tu seno
su seda grave, negra,
cerrada. Queda opreso

el bulto así en materia
de noche, insigne, quieto
sobre el límpido plano
retasado del cielo.

Hay estrellas fallidas.
Pulidos goznes. Hielos
flotan a la deriva
en lo alto.
Fríos lentos.

Una sombra que pasa,
sobre el contorno serio
y mudo bate, adusta,
su látigo secreto.

Flagelación. Corales
de sangre o luz o fuego
bajo el cendal se auguran,
vetean, ceden luego.

O carne o luz de carne,
profunda. Vive el viento
porque anticipa ráfagas,
cruces, pausas, silencios.

viernes, 27 de septiembre de 2019

“El tigre”

Pablo Neruda (1961): Los versos del capitán

“El tigre”

Soy el tigre.
Te acecho entre las hojas
anchas como lingotes
de mineral mojado.

El río blanco crece
bajo la niebla. Llegas.

Desnuda te sumerges.
Espero.

Entonces en un salto
de fuego, sangre, dientes,
de un zarpazo derribo
tu pecho, tus caderas.

Bebo tu sangre, rompo
tus miembros uno a uno.

Y me quedo velando
por años en la selva
tus huesos, tu ceniza,
inmóvil, lejos
del odio y de la cólera,
desarmado en tu muerte,
cruzado por las lianas,
inmóvil, lejos
del odio y de la cólera,
desarmado en tu muerte,
cruzado por las lianas,
inmóvil en la lluvia,
centinela implacable
de mi amor asesino.

jueves, 26 de septiembre de 2019

“Las pisadas desnudas”

Pablo Guerrero (2008): Escrito en una piedra

“Las pisadas desnudas”

Las pisadas descalzas en la nieve
acuden con el sueño de la sed de las cruces,
con el sueño del poema de los troncos de olivos.

Arde el mar en las células de los cuerpos de agua,
en las vidrieras donde el color es fuego,
en la sombra donde un brillo recrea el infinito,
en la mano donde la uva madura.

Acéchame en la noche, corazón del invierno,
dame la llama que enciende el mediodía,
déjame estar despierto, en vela y movimiento
mientras ando
en pos de las pisadas con las que nace el mar.

miércoles, 25 de septiembre de 2019

“El amor necesario”

Pablo Guerrero (2008): Escrito en una piedra

“El amor necesario”

Para que broten como hilos azules
tallos nuevos, del agua
que hace posible que la noche encendida
queme las trampas de sus redes secas,
el amor necesario ha podado los sueños,
ha injertado la luna en los troncos del mar.

El amor necesario
sabe leer la música que antes de conocerme
me suplicaste que te guardase en mí.

Un secante de paz el amor necesario,
un papel blanco donde grita el poema
de los hombres que lloran
por los que roban las cosechas del agua,
por los que rallan con su miedo la luz.

El amor necesario se derramará en la arcilla,
en los cuencos donde lavo mi frente,
en los labios que a mis labios unes.

Como signo de la hora de la luz que alimenta,
en los cestos de mimbre
donde espera su sazón la fruta,
se ilumina la plata de las briznas de mica.

En el amor necesario,
nace el tacto como flor de retama,
como viaja amistas de acordeón y viento.

En el amor necesario,
el pez de la alegría sobrevive en la arena.

En el amor necesario,
el agua que tú bebes también calma mi sed.

martes, 24 de septiembre de 2019

“Las flores de…”

Olvido García Valdés (1994): Ella, los pájaros

“Las flores de…”

Las flores de algunos árboles
recién brotadas
son como caracoles
verdes, árboles invadidos
de infinitos gusanos,
levedad de materia.
Me da miedo la luz,
lo quieto de la luz,
el hueso de tu sien
contra la mía.

lunes, 23 de septiembre de 2019

“Desempleo”

Luis García Montero (2013): A pie de calle

“Desempleo”

Me llaman de repente
a la palabra invierno.
Entro en ella. Me piden
disculpas por cesarme.
Ya no trabajo aquí.

Voy por última vez
hasta la primavera.
En una caja meto
el sol, la rama verde,
mis sílabas contadas.

Llevo mis pertenencias
a un verano cerrado.
Sudor de piel estéril.
Es la campana triste
de los despertadores.

Y respiro el otoño
sin oficio de mí,
con este yo borrado
de hojas amarillas
que pertenece al viento.

domingo, 22 de septiembre de 2019

“Las doce en el reloj”

Jorge Guillén (1928): Cántico

“Las doce en el reloj”

Dije: Todo ya pleno.
Un álamo vibró.
Las hojas plateadas
Sonaron con amor.
Los verdes eran grises,
El amor era sol.
Entonces, mediodía,
Un pájaro sumió
Su cantar en el viento
Con tal adoración
Que se sintió cantada
Bajo el viento la flor
Crecida entre las mieses,
Más altas. Era yo,
Centro en aquel instante
De tanto alrededor,
Quien lo veía todo
Completo para un dios.
Dije: Todo, completo.
¡Las doce en el reloj!

sábado, 21 de septiembre de 2019

“Como si nunca hubiera sido mía”

Claudio Rodríguez (1953): Don de la ebriedad

“Como si nunca hubiera sido mía”

Como si nunca hubiera sido mía.
Como si nunca hubiera sido mía,
dad al aire mi voz y que en el aire
sea de todos y la sepan todos
igual que una mañana o una tarde.
Ni a la rama tan sólo abril acude
ni el agua espera sólo el estiaje.
¿Quién podría decir que es suyo el viento,
suya la luz, el canto de las aves
en el que esplende la estación, más cuando
llega la noche y en los chopos arde
tan peligrosamente retenida?
¡Que todo acabe aquí, que todo acabe
de una vez para siempre! La flor vive
tan bella porque vive poco tiempo
y, sin embargo, cómo se da, unánime,
dejando de ser flor y convirtiéndose
en ímpetu de entrega. Invierno, aunque
no está, detrás la primavera, saca
fuera de mí lo mío y hazme parte,
inútil polen que se pierde en tierra
pero ha sido de todos y de nadie.
Sobre el abierto páramo, el relente
es pinar en el pino, aire en el aire,
relente sólo para mi sequía.
Sobre la voz que va excavando un cauce
qué sacrilegio este del cuerpo, este
de no poder ser hostia para darse.

viernes, 20 de septiembre de 2019

“A la edad de las mujeres”

Francisco de Quevedo y Villegas (1648): Parnaso español

“A la edad de las mujeres”

De quince a veinte es niña; buena moza
de veinte a veinticinco, y por la cuenta
gentil mujer de veinticinco a treinta.
¡Dichoso aquel que en tal edad la goza!

De treinta a treinta y cinco no alboroza;
mas puédese comer con sal pimienta;
pero de treinta y cinco hasta cuarenta
anda en vísperas ya de una coroza.

A los cuarenta y cinco es bachillera,
ganguea, pide y juega del vocablo;
y cumplidos los cincuenta, da en santera,

y a los cincuenta y cinco echa el retablo.
Niña, moza, mujer, vieja, hechicera,
bruja y santera, se la lleva el diablo.

jueves, 19 de septiembre de 2019

“Soneto XVIII (¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?)”

Lope de Vega (1614): Rimas sacras,

“Soneto  XVIII (¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?)”

Qué tengo yo que mi amistad procuras?
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta cubierto de rocío
pasas las noches del invierno escuras?

¡Oh cuánto fueron mis entrañas duras,
pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío,
si de mi ingratitud el hielo frío
secó las llagas de tus plantas puras!

¡Cuántas veces el Ángel me decía:
«Alma, asómate agora a la ventana,
verás con cuánto amor llamar porfía»!

¡Y cuántas, hermosura soberana,
«Mañana le abriremos», respondía,
para lo mismo responder mañana!

miércoles, 18 de septiembre de 2019

“Nocturno”

Rubén Darío (1905): Cantos de vida y esperanza

“Nocturno”

Quiero expresar mi angustia en versos que abolida
dirán mi juventud de rosas y de ensueños,
y la desfloración amarga de mi vida
por un vasto dolor y cuidados pequeños.

Y el viaje a un vago Oriente por entrevistos barcos,
y el grano de oraciones que floreció en blasfemia,
y los azoramientos del cisne entre los charcos
y el falso azul nocturno de inquerida bohemia.

Lejano clavicordio que en silencio y olvido
no diste nunca al sueño la sublime sonata,
huérfano esquife, árbol insigne, obscuro nido
que suavizó la noche de dulzura de plata...

Esperanza olorosa a hierbas frescas, trino
del ruiseñor primaveral y matinal,
azucena tronchada por un fatal destino,
rebusca de la dicha, persecución del mal...

El ánfora funesta del divino veneno
que ha de hacer por la vida la tortura interior,
la conciencia espantable de nuestro humano cieno
y el horror de sentirse pasajero, el horror

de ir a tientas, en intermitentes espantos,
hacia lo inevitable, desconocido, y la
pesadilla brutal de este dormir de llantos
¡de la cual no hay más que Ella que nos despertará!

martes, 17 de septiembre de 2019

"Villancico a unas tres fijas suyas"

Marqués de Santillana

"Villancico a unas tres fijas suyas"


Por una gentil floresta
De lindas flores e rosas

Vide tres damas fermosas

Que de amores han reqüesta.

Yo con voluntat muy presta

Me llegué a conosçellas

Començó la una d’ellas

Esta cançión tan honesta:

«Aguardan a mí:

Nunca tales guardas vi».

Por mirar su fermosura
D’estas tres gentiles damas,
Yo cobrime con las ramas,
Metime so la verdura.
La otra con grand tristura
Començó de sospirar
E deçir este cantar
Con muy honesta mesura:
«La niña que amores ha,

Sola ¿cómo dormirá?»…

Por no les façer turbança
Non quise yr más adelante
A las que con ordenança
Cantavan tan consonante.
La otra con buen semblante
Dixo: «Señoras de estado,
Pues las dos avéis cantado,
A mí conviene que cante:
«Dejatlo, al villano pene;

Véngueme Dios delle».

Desque ya ovieron cantado
Estas señoras que digo,
Yo salí desconsolado,
Como home sin abrigo,
Ellas dixeron: «Amigo,
Non soys vos el que buscamos;
Mas cantat, pues que cantamos:
«Sospirando yva la niña

E non por mí,

Que yo bien se lo entendí».

lunes, 16 de septiembre de 2019

“La unión con Dios”

Miguel de Unamuno (1911): Rosario de sonetos líricos

“La unión con Dios”

Vorrei voler, Signor, quel ch’io non voglio
, Miguel Ángel.

Querría, Dios, querer lo que no quiero;
fundirme en Ti, perdiendo mi persona,
este terrible yo por el que muero
y que mi mundo en derredor encona.

Si tu mano derecha me abandona,
¿qué será de mi suerte? prisionero
quedaré de mí mismo; no perdona
la nada al hombre, su hijo, y nada espero.

«¡Se haga tu voluntad, Padre!» —repito—
al levantar y al acostarse el día,
buscando conformarme a tu mandato,

pero dentro de mí resuena el grifo
del eterno Luzbel, del que quería

domingo, 15 de septiembre de 2019

“Ojos garzos ha la niña”

Juan del Encina (1496): Cancionero

Ojos garzos ha la niña

Ojos garzos ha la niña:
¡quién se los namoraría!
Son tan bellos y tan bivos
que a todos tienen cativos,
mas muéstralos tan esquivos
que roban el alegría.
Roban el plazer y gloria,
los sentidos y memoria;
de todos llean vitoria
con su gentil galanía.
Con su gentil gentileza
ponen fe con más firmeza
hazen bivir en tristeza
al que alegre ser solía.
No hay ninguno que los vea
que su cativo no sea.
Todo el mundo los dessea
contemplar de noche y día.

sábado, 14 de septiembre de 2019

“Espergesia”

César Vallejo (1918): Los Heraldos Negros

“Espergesia”

Yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.
Todos saben que vivo,
que soy malo; y no saben
del diciembre de ese enero.
Pues yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.
Hay un vacío
en mi aire metafísico
que nadie ha de palpar:
el claustro de un silencio
que habló a flor de fuego.
Yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.
Hermano, escucha, escucha…
Bueno. Y que no me vaya
sin llevar diciembres,
sin dejar eneros.
Pues yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.
Todos saben que vivo,
que mastico… Y no saben
por qué en mi verso chirrían,
oscuro sinsabor de féretro,
luyidos vientos
desenroscados de la Esfinge
preguntona del Desierto.
Todos saben… Y no saben
que la luz es tísica,
y la Sombra gorda…
Y no saben que el Misterio sintetiza…
que él es la joroba
musical y triste que a distancia denuncia
el paso meridiano de las lindes a las Lindes.
Yo nací un día
que Dios estuvo enfermo,
grave.

viernes, 13 de septiembre de 2019

“Masa”

César Vallejo (1939): España, aparta de mí este cáliz

“Masa”

Al fin de la batalla,
y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre
y le dijo: «¡No mueras, te amo tanto!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Se le acercaron dos y repitiéronle:
«¡No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,
clamando «¡Tanto amor y no poder nada contra la muerte!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Le rodearon millones de individuos,
con un ruego común: «¡Quédate hermano!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Entonces todos los hombres de la tierra
le rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado;
incorporóse lentamente,