Jaime Gil de Biedma (1966): Moralidades
“Elegía y recuerdo de la canción francesa”
C' est une chanson
qui nous ressemble.
KOSMA y PRÉVERT: Les feuilles mortes
Os acordáis: Europa estaba en
ruinas.
Todo un mundo de imágenes me
queda de aquel tiempo
descoloridas, hiriéndome los
ojos
con los escombros de los
bombardeos.
En España la gente se apretaba
en los cines
y no existía la calefacción.
Era la paz -después de tanta
sangre--
que llegaba harapienta, como
la conocimos
durante cinco años.
Y todo un continente empobrecido,
carcomido de historia y de
mercado negro,
de repente nos fue más
familiar.
¡Estampas de la Europa de
post-guerra
que parecen mojadas en lluvia
silenciosa,
ciudades grises adonde llega
un tren
sucio de refugiados: cuántas
cosas
de nuestra historia próxima
trajisteis, despertando
la esperanza en España, y el
temor!
Hasta el aire de entonces
parecía
que estuviera suspenso, como
si preguntara,
y en las viejas tabernas de
barrio
los vencidos hablaban en voz
baja...
Nosotros, los más jóvenes,
como siempre esperábamos
algo definitivo y general.
Y fue en aquel momento,
justamente
en aquellos momentos de miedo
y esperanzas
-tan irreales, ay- que
apareciste,
oh rosa de lo sórdido,
manchada
creación de los hombres,
arisca, vil y bella
canción francesa de mi
juventud!
Eras lo no esperado que se
impone
a la imaginación, porque es
así la vida,
tú que cantabas la heroicidad
canalla,
el estallido de las rebeldías
igual que llamaradas, y el
miedo a dormir solo,
la intensidad que aflige al
corazón.
Cuánto enseguida te quisimos
todos!
En tu mundo de noches, con el
chico y la chica
entrelazados, de pie en un
quicio oscuro,
en la sordina de tus melodías,
un eco de nosotros resonaba
exaltándonos
con la nostalgia de la
rebelión.
Y todavía, en la alta noche,
solo,
con el vaso en la mano, cuando
pienso en mi vida,
otra vez más sans faire du
bruit tus músicas
suenan en la memoria, como una
despedida:
parece que fue ayer y algo ha
cambiado.
Hoy no esperamos la
revolución.
Desvencijada Europa de
post-guerra
con la luna asomando tras las
ventanas rotas,
Europa anterior al milagro
alemán,
imagen de mi vida,
melancólica!
Nosotros los de entonces, ya
no somos los mismos,
aunque a veces nos guste una
canción.
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