Jaime Gil de Biedma (1966): Moralidades
“París, postal del cielo”
Ahora,
voy a contaros
cómo
también yo estuve en París, y fui dichoso.
Era
en los buenos años de mi juventud,
los
años de abundancia
del
corazón, cuando dejar atrás padres y patria
es
sentirse más libre para siempre, y fue
en
verano, aquel verano
de
la huelga y las primeras canciones de Brassens,
y
de la hermosa historia
de
casi amor.
Aún
vive en mi memoria aquella noche,
recién
llegado. Todavía contemplo,
bajo
el Pont Saint Michel, de la mano, en silencio,
la
gran luna de agosto suspensa entre las torres
de
Notre-Dame, y azul
de
un imposible el río tantas veces soñado
-It’s
too romantic, como tú me dijiste
al
retirar los labios.
¿En
qué sitio perdido
de
tu país, en qué rincón de Norteamérica
y
en el cuarto de quién, a las horas más feas,
cuando
sueñes morir no te importa en qué brazos,
te
llegará, lo mismo
que
ahora a mí me llega, ese calor de gentes
y
la luz de aquel cielo rumoroso
tranquilo,
sobre el Sena?
Como
sueño vivido hace ya mucho tiempo,
como
aquella canción
de
entonces, así vuelve al corazón,
en
un instante, en una intensidad, la historia
de
nuestro amor,
confundiendo
los días y sus noches,
los
momentos felices,
los
reproches
y
aquel viaje -camino de la cama-
en
un vagón del Metro Étoile-Nation.
No hay comentarios:
Publicar un comentario