Tomás de Iriarte (1782): Fábulas literarias
“La rana y el renacuajo”
¡Qué despreciable es la poesía de mucha hojarasca!
En la orilla del Tajo
hablaba con la Rana el Renacuajo,
alabando las hojas, la espesura
de un gran cañaveral y su verdura.
hablaba con la Rana el Renacuajo,
alabando las hojas, la espesura
de un gran cañaveral y su verdura.
Mas luego que del viento
el ímpetu violento
una caña abatió, que cayó al río,
en tono de lección dijo la Rana:
«Ven a verla, hijo mío;
por de fuera muy tersa, muy lozana;
por dentro toda fofa, toda vana».
el ímpetu violento
una caña abatió, que cayó al río,
en tono de lección dijo la Rana:
«Ven a verla, hijo mío;
por de fuera muy tersa, muy lozana;
por dentro toda fofa, toda vana».
Si la Rana entendiera poesía,
también de muchos versos lo diría.
también de muchos versos lo diría.
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