Elvira Sastre (2016): La soledad de un cuerpo acostumbrado a la herida
“La gota china”
Miro las
gotas que caen con vicio por la ventana
cuando llueve y llego a esta casa abandonada
de orillas,
y recuerdo
aquel método de tortura china
que consistía en inmovilizar a un preso
de modo que cayera sobre
su frente —a la fuerza culpable—
una gota de agua fría
cada cinco segundos
—los mismos que tardábamos en besarnos
por las mañanas—,
para abandonarlo después en un cuarto
sin luz,
con el cuerpo sin forma
y el alma hecha pedazos.
gotas que caen con vicio por la ventana
cuando llueve y llego a esta casa abandonada
de orillas,
y recuerdo
aquel método de tortura china
que consistía en inmovilizar a un preso
de modo que cayera sobre
su frente —a la fuerza culpable—
una gota de agua fría
cada cinco segundos
—los mismos que tardábamos en besarnos
por las mañanas—,
para abandonarlo después en un cuarto
sin luz,
con el cuerpo sin forma
y el alma hecha pedazos.
Dicen que las víctimas acababan muertas
debido a un cansancio
demente
que terminaba afectando al corazón
provocándoles un paro cardíaco.
Exactamente igual
que el efecto
que tienen nuestros recuerdos
cuando caen
—como esta lluvia del infierno—
gota a gota
sobre mi pecho.
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