Garcilaso de la Vega
“Égloga III” (Fragmento: 'Cerca del tajo, en soledad sonora')
NEMOROSO
Cerca del Tajo, en soledad amena,
de verdes sauces hay una
espesura
toda de hiedra revestida y
llena,
que por el tronco va hasta el
altura
y así la teje arriba y
encadena
que el sol no halla paso a la
verdura;
el agua baña el prado con
sonido,
alegrando la vista y el oído.
Con tanta mansedumbre el
cristalino
Tajo en aquella parte caminaba
que pudieran los ojos el
camino
determinar apenas que llevaba.
Peinando sus cabellos de oro
fino,
una ninfa del agua do moraba,
la cabeza sacó, y el prado
ameno
vido de flores y de sombras
lleno.
Moviola el sitio umbroso, el
manso viento,
el suave olor de aquel florido
suelo;
las aves en el fresco
apartamiento
vio descansar del trabajoso
vuelo;
secaba entonces el terreno
aliento
el sol, subido en la mitad del
cielo;
en el silencio solo se
escuchaba
un susurro de abejas que sonaba.
un susurro de abejas que sonaba.
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