martes, 31 de marzo de 2020

“Elegía 33b: Vino y amor”

Propercio

“Elegía 33b: Vino y amor”


Traducción de Antonio Rodríguez de Veguer

¿No me oyes y permites que mis palabras sean juguete
     del viento, cuando ya los bueyes de Icario1 hacen
     declinar las lentas estrellas?
Bebes impasible: ni la media noche puede doblegarte;
     ¿todavía no se han cansado tus manos de tirar los dados?
¡Ay, maldito quien descubrió el vino puro
     y el primero que contaminó el agua clara con néctar!
Icario, degollado con razón2 por los campesinos de
     Cécrope, ¡tú supiste lo amargo que es el olor a pámpano!
¡También tú, centauro Euritión, moriste a causa del vino,
     y no menos tú, Polifemo, debido al vino puro de Ismaro!
Con el vino se aja la belleza, con el vino se marchita la
     juventud, con el vino a menudo la amante no reconoce
     a su amado.
¡Desgraciado de mí! ¡Ni una pizca le ha cambiado el
     mucho Lieo! ¡Sigue bebiendo: eres hermosa: nada te
     perjudica el vino!
Cuando flores que cuelgan de tu frente se posan en tu
     copa y lees mis poemas con voz queda,
que tu mesa se humedezca al derramarse con profusión
     el Falerno y haga suaves espumas en cáliz de oro.
Con todo, ninguna se retira con gusto sola al lecho:
     hay algo que Amor os empuja a buscar.
Siempre es más fuerte la pasión con amantes ausentes:
     el acceso prolongado empequeñece a los amantes
     asiduos.

Notas:
1 La constelación del Boyero o Bootes, cuya estrella más brillante es Arturo.
2 Según Propercio. Pero la realidad fue que la muerte de Icario a manos de unos campesinos se debió a un desgraciado malentendido, pues pensaron que Ícaro había intoxicado a otros compañeros con veneno, cuando la verdad era que estaban durmiendo por el efecto placentero del vino.

lunes, 30 de marzo de 2020

“7 (fragmento)”

Anónimo (c. siglo VI a. C.): Libro de Job

“7 (fragmento)”


Traducción de Francisco Serrano

El hombre tiene el tiempo
contado sobre la tierra, y sus días
son como los días del jornalero.
Lo mismo que el esclavo busca sombra
y el jornalero espera su salario,
así meses de escarnio son mi herencia
y mi cuenta las noches de dolor.
Si me acuesto me digo: "¿Vendrá el día?";
si me levanto: "¿Llegará la noche?",
y me siento angustiado hasta el crepúsculo.
Mi carne está cubierta de gusanos
y de costras de polvo,
mi piel se agrieta, purulenta.
Raudos como la lanzadera
del tejedor fueron mis días:
terminaron sin esperanza.
Recuerda que mi vida es sólo un soplo,
que mis ojos ya no contemplarán el bien.
Los ojos que me miran ya nunca me verán;
pondrás en mí la vista y ya no existiré.
Las nubes se disipan y se van:
lo mismo le sucede
al que baja al sepulcro: ya no sube;
no volverá a su casa
ni en su lugar lo reconocerán.
Por eso no refrenaré mi lengua,
hablaré con la angustia de mi espíritu,
me quejaré con la aflicción de mi alma.
¿Acaso soy el mar, o la ballena
para que pongas diques contra mí?
Digo: "Mi cama me confortará,
mi lecho atenuará mis quejas",
y entonces con visiones terribles me quebrantas,
me perturbas con sueños.
Por eso mi alma prefirió la muerte,
mis huesos claman por la desaparición.
Me disuelvo: no he de vivir por siempre,
déjame, pues mis días son sólo vanidad.
Qué es el hombre para que lo engrandezcas
y que pongas en él tu corazón
y lo visites todas las mañanas
y a cada instante lo escudriñes?
¿Hasta cuándo me dejarás?,
¿me darás tiempo de tragar saliva?
Incluso si pequé, ¿qué te he hecho a ti,
oh guardián de los hombres?
¿Por qué me has hecho blanco tuyo
y un fardo para mí?
¿Por qué no desvaneces mi delito
y perdonas mi falta?
Porque ahora me acostaré en el polvo,
me buscarás y ya no existiré.

domingo, 29 de marzo de 2020

“Himno al baño de Palas”

Calímaco

“Himno al baño de Palas”

Versión en español 
(traducción de Luis Alberto de Cuenca)

¡Vosotras, las que preparáis el baño de Palas,
salid todas, salid!
Ya escucho el relincho de las yeguas sagradas.
La diosa se dispone a aparecer.
Daos prisa, pues, daos prisa, oh rubias Pelasgíades.
Nunca Atenea se lavó los poderosos brazos
antes de haber quitado el polvo
de los flancos de sus caballos,
ni siquiera cuando volvió de combatir a los perversos Gigantes,
con toda la armadura manchada de sangre y de barro;
así, en primer lugar,
desunciendo del carro los cuellos de sus caballos,
les limpió en las fuentes de Océano las gotas de sudor,
y les quitó de las bocas que muerden el freno
toda la espuma coagulada.
Id, pues, oh Aqueas,
y no llevéis perfumes ni alabastros
-oigo ya el ruido de los cubos de las
ruedas contra los ejes-,
ni  perfumes ni alabastros para el baño de Palas
-Atenea no gusta de los ungüentos mezclados-,
y no llevéis tampoco espejo:
su rostro es siempre bello.
Ni siquiera cuando, en el Ida2,
juzgaba el Frigio3 la querella divina,
se miró la gran diosa en el espejo de latón
ni en la diáfana corriente del Simunte4;
tampoco lo hizo Hera.
Pero Cipris, usando con frecuencia
el reluciente espejo de bronce,
dos veces se rehízo el mismo bucle de sus cabellos.
Y Palas, después de correr dos veces sesenta diaulos5
-tales, junto  al Eurotas, las estrellas Lacedemonias6-,
se frotó expertamente,
aplicando a su piel ungüentos sin mezclar,
productos de su propio árbol7,
y un rubor, oh muchachas,
le subió a las mejillas,
del color de la rosa matutina
o de los granos de la granada.
Por ello, no traigáis ahora más que aceite viril,
con el que Cástor, y también Heracles,
se untan.Y llevadle un peine de oro puro,
para que pueda componerse el pelo,
después de ungir sus rizos perfumados.
    Sal, Atenea.
Ante ti está una tropa grata a tu corazón,
las doncellas hijas de los poderosos Arestóridas8.
Mira, Atenea, cómo el escudo de Diomedes9
es paseado en procesión:
este rito lo enseñó a los antiguos Argivos Eumedes10,
tu sacerdote favorito,
el mismo que, al saber que el pueblo había
decretado su muerte, se dio a la fuga,
llevándose consigo tu sacra imagen,
y se instaló en el monte Creo11,
sí, en el monte Creo,
y a ti, diosa, te consagró en unas rocas
escarpadas que se llaman Palátides ahora.
    Sal, Atenea, destructora de ciudades,
la del casco de oro, tú que te regocijas
con el fragor de escudos y caballos.
No llenéis hoy vuestros cántaros en el río;
no beberéis hoy, Argos, su agua, sino la de las fuentes;
hoy, siervas, llevaréis vuestros cántaros
a Fisadea o a Amimone, la hija de Dánao12,
pues hoy precisamente,
salpicadas sus ondas de oro y flores,
vendrá el Ínaco13 desde los montes de ricos pastos,
trayendo bellas aguas para el baño de Atenea.
Ten cuidado, Pelasgo, no vayas a ver involuntariamente
a la reina: el que vea desnuda a Palas,
protectora de ciudades, contemplará Argos
por última vez.
    Sal, Atenea veneranda.
Entretanto, les diré algo a estas muchachas;
el relato no es mío, sino de otros.
Niñas, había una vez en Tebas una ninfa,
la madre de Tiresias,
a la que amó Atenea mucho más que a ninguna
de sus compañeras, y no se separaba de ella jamás.
    Cuando guiaba sus caballos hacia la antigua Tespias
o hacia Haliarto, a través de los campos de los Beocios,
o hacia Coronea14, donde tiene un recinto perfumado
y unos altares junto al río Curalio,
muchas veces la diosa la hizo montar sobre su carro;
ni las conversaciones de las ninfas
ni sus coros de danza le resultaban agradables,
si no los dirigía Cariclo.
Pero aún le aguardaban a ésta muchas lágrimas,
por más que fuese compañía gratísima para Atenea.
Un día, se desataron ambas los
broches de sus peplos junto a la fuente
Helicónide del caballo15, la de las bellas
aguas, y se bañaban. La quietud propia del
mediodía se extendía por la montaña.
Ambas se bañaban, y era la hora del mediodía,
y una quietud perfecta reinaba en aquella montaña16.
Sólo Tiresias, cuya barbilla empezaba a oscurecer,
se paseaba entonces con sus perros por aquel sagrado lugar.
Sediento hasta lo indecible, llegó a las ondas de la fuente,
¡desdichado! Y, sin querer, vio lo que no era lícito ver.
Aunque llena de cólera, alcanzó a decirle Atenea:
"¿Qué genio malo te condujo por tan
funesta ruta, oh Everida17? Vas a salir de aquí
con las órbitas vacías." Habló, y la noche se
apoderó de los ojos del niño. Se quedó quieto, mudo;
el dolor trabó sus rodillas y la impotencia apagó su voz.
Y la ninfa18gritó:
"¿Qué le has hecho a mi hijo, señora?
¿Es así como demostráis vuestra amistad las diosas?
Me has quitado los ojos de mi hijo.
¡Niño mío, desventurado! Has visto el pecho
y los costados de Atenea, pero ya nunca más
verás el sol. ¡Desgraciada de mí! ¡Oh monte,
oh Helicón que nunca más volveré a pisar!
Mucho has ganado a cambio de poco:
por haber perdido algunos cervatos y corzos,
obtienes los ojos de un niño."
Y la madre, rodeando a su hijo con ambos brazos,
entonaba el lamento lastimero de los ruiseñores
entre lágrimas tristes, pero la diosa
se apiadó de su compañera.
Y Atenea le dijo estas palabras:
"Mujer divina, retira todo lo que dijiste,
inspirada por la cólera.
Yo no he dejado ciego a tu hijo.
No resulta agradable para Atenea
arrebatar los ojos a los niños.
    Pero así rezan las leyes de Crono:
aquel que vea a alguno de los inmortales
cuando ese dios no lo desea, pagará un alto
precio por lo que ha visto. Mujer divina,
el hecho ya no puede ser revocado,
pues los hilos de las Moiras así habían tramado
su destino desde el instante en que lo diste
a luz. Ahora, oh Everida, recibe el pago
merecido. ¡Cuántas víctimas quemará,
andando el tiempo, la Cadmeide19en el ara sacrificial,
cuántas Aristeo20, suplicando ver ciego a su hijo único,
el adolescente Acteón!
Y, sin embargo, éste será compañero
de correrías de Artemis la grande;
y ni esas correrías compartidas,
ni las flechas que juntos arrojarán en las montañas,
podrán salvarlo cuando, involuntariamente,
vea el placentero baño de la diosa;
sus propios perros se lo cenarán,
a él, que fuera su amo;
y la madre recorrerá todos los bosques,
recogiendo los huesos del hijo,
y dirá que eres la más feliz y afortunada de las mujeres
al recibir de las montañas un hijo ciego.
Compañera, no te lamentes;
otros muchos dones le tengo reservados por amor a ti,
pues lo convertiré en un adivino celebrado
por las generaciones venideras,
muy superior a todos los demás.
Conocerá las aves, cuál es de buen augurio,
cuáles vuelan en vano
y de cuáles son los presagios desfavorables.
Muchos oráculos revelará a los Beocios,
muchos a Cadmo21, y, más tarde,
a los poderosos Labdácidas22.
También le daré un gran bastón
que conduzca sus pies adonde necesite ir,
y le daré una vida muy dilatada,
y será el único que, cuando muera,
paseará su ciencia entre los muertos,
honrado por el gran Hagesilao23."
Esto dicho, asintió con la cabeza;
lo que Palas aprueba, todo se cumple,
pues a Atenea sola, de entre sus hijas,
concedió Zeus los atributos y poderes que él poseía,
y ninguna madre, oh vosotras que preparáis su baño,
parió a la diosa, sino la cabeza de Zeus,
y la cabeza de Zeus no aprueba en vano... la hija24.
    Es Atenea, llega puntualmente.
Recibid a la diosa, oh muchachas
a las que incumbe esta tarea,
con alabanzas, con plegarias, con clamores.
Salud, diosa, y vela por Argos Inaquia25.
Salud a ti cuando dirijas tu carro fuera de la ciudad,
y ojalá vuelvas otra vez a entrar con tus caballos en ella.
Y protege al país entero de los Dánaos26. 


Versión en griego clásico

“εἰς Λουτρά τῆς Παλλάδος”
Όσσαι λωτροχόοι τᾶς Παλλάδος ἔξιτε πᾶσαι,
ἔξιτε: τᾶν ἵππων ἄρτι φρυασσομενᾶν
τᾶν ἱερᾶν ἐσάκουσα, καὶ ἁ θεὸς εὔτυκος ἕρπειν:
σοῦσθέ νυν, ὦ ξανθαί σοῦσθε Πελασγιάδες.
οὔποκ᾽ Ἀθαναία μεγάλως ἀπενίψατο πάχεις
πρὶν κόνιν ἱππειᾶν ἐξελάσαι λαγόνων,
οὐδ᾽ ὅκα δὴ λύθρωι πεπαλαγμένα πάντα φέροισα
τεύχεα τῶν ἀδίκων ἦνθ᾽ ἀπὸ γηγενέων,
ἀλλὰ πολὺ πράτιστον ὑφ᾽ ἅρματος αὐχένας ἵππων
λυσαμένα παγαῖς ἔκλυσεν Ὠκεανῶ
ἱδρῶ καὶ ῥαθάμιγγας, ἐφοίβασεν δὲ παγέντα
πάντα χαλινοφάγων ἀφρὸν ἀπὸ στομάτων.
ὦ ἴτ᾽ Ἀχαιιάδες, καὶ μὴ μύρα μηδ᾽ ἀλαβάστρως
συρίγγων ἀίω φθόγγον ὑπαξονίων,
μὴ μύρα λωτροχόοι τᾶι Παλλάδι μηδ᾽ ἀλαβάστρως
οὐ γὰρ Ἀθαναία χρίματα μεικτὰ φιλεῖ
οἴσετε μηδὲ κάτοπτρον: ἀεὶ καλὸν ὄμμα τὸ τήνας
οὐδ᾽ ὅκα τὰν Ἴδαι Φρὺξ ἐδίκαζεν ἔριν,
οὔτ᾽ ἐς ὀρείχαλκον μεγάλα θεὸς οὔτε Σιμοῦντος
ἔβλεψεν δίναν ἐς διαφαινομέναν:
οὐδ᾽ Ήρα: Κύπρις δὲ διαυγέα χαλκὸν ἑλοῖσα
πολλάκι τὰν αὐτὰν δὶς μετέθηκε κόμαν:
ἃ δέ, δὶς ἑξήκοντα διαθρέξασα διαύλως,
οἷα παρ᾽ Εὐρώται τοὶ Λακεδαιμόνιοι
ἀστέρες, ἐμπεράμως ἐνετρίψατο λιτὰ βαλοῖσα
χρίματα, τᾶς ἰδίας ἔκγονα φυταλιᾶς:
ὦ κῶραι, τὸ δ᾽ ἔρευθος ἀνέδραμε, πρώιον οἵαν
ἢ ῥόδον ἢ σίβδας κόκκος ἔχει χροΐαν.
τῶι καὶ νῦν ἄρσεν τι κομίξατε μῶνον ἔλαιον,
ὧι Κάστωρ, ὧι καὶ χρίεται Ἡρακλέης:
οἴσετε καὶ κτένα οἱ παγχρύσεον, ὡς ἀπὸ χαίταν
πέξηται, λιπαρὸν σμασαμένα πλόκαμον.
ἔξιθ᾽ Ἀθαναία: πάρα τοι καταθύμιος ἴλα,
παρθενικαὶ μεγάλων παῖδες Ἀρεστοριδᾶν:
ὠθάνα, φέρεται δὲ καὶ ἁ ∆ιομήδεος ἀσπίς,
ὡς ἔθος Ἀργείων τοῦτο παλαιότερον:
...
Εὐμήδης ἐδίδαξε, τεὶν κεχαρισμένος ἱρεύς:
ὅς ποκα βωλευτὸν γνοὺς ἐπί οἱ θάνατον
δᾶμον ἑτοιμάζοντα φυγᾶι τεὸν ἱρὸν ἄγαλμα
ὤιχετ᾽ ἔχων, Κρεῖον δ᾽ εἰς ὄρος ὠικίσατο:
Κρεῖον ὄρος: σὲ δὲ δαῖμον ἀπορρώγεσσιν ἔθηκεν
ἐν πέτραις, αἷς νῦν οὔνομα Παλλατίδες.
ἔξιθ᾽ Ἀθαναία περσέπτολι χρυσεοπήληξ,
ἵππων καὶ σακέων ἁδομένα πατάγωι.
σάμερον ὑδροφόροι μὴ βάπτετε — σάμερον Ἄργος
πίνετ᾽ ἀπὸ κρανᾶν μηδ᾽ ἀπὸ τῶ ποταμῶ,
σάμερον αἱ δῶλαι τὰς κάλπιδας ἢ 'ς Φυσάδειαν
ἢ ἐς Ἀμυμώναν οἴσετε τὰν ∆αναῶ.
καὶ γὰρ δὴ χρυσῶι τε καὶ ἄνθεσιν ὕδατα μείξας
ἡξεῖ φορβαίων Ἴναχος ἐξ ὀρέων
τἀθάναι τὸ λοετρὸν ἄγων καλόν. ἀλλὰ Πελασγέ
φράζεο μὴ οὐκ ἐθέλων τὰν βασίλειαν ἴδηις.
ὅς κεν ἴδηι γυμνὰν τὰν Παλλάδα τὰν πολιοῦχον,
τὦργος ἐσοψεῖται τοῦτο πανυστάτιον.
πότνι᾽ Ἀθαναία τὺ μὲν ἔξιθι: μέσφα δ᾽ ἐγώ τι
ταῖσδ᾽ ἐρέω. μῦθος δ᾽ οὐκ ἐμός, ἀλλ᾽ ἑτέρων.
παῖδες, Ἀθαναία νύμφαν μίαν ἔν ποκα Θήβαις
πουλύ τι καὶ πέρι δὴ φίλατο τᾶν ἑταρᾶν,
ματέρα Τειρεσίαο, καὶ οὔποκα χωρὶς ἔγεντο:
ἀλλὰ καὶ ἀρχαίων εὖτ᾽ ἐπὶ Θεσπιέων
¯˘˘¯˘˘¯˘ ἢ εἰς Ἁλίαρτον ἐλαύνοι
ἵππως, Βοιωτῶν ἔργα διερχομένα,
ἢ᾽ πὶ Κορωνείας, ἵνα οἱ τεθυωμένον ἄλσος
καὶ βωμοὶ ποταμῶι κεῖντ᾽ ἐπὶ Κουραλίωι:
πολλάκις ἁ δαίμων νιν ἑῶ ἐπεβάσατο δίφρω,
οὐδ᾽ ὄαροι νυμφᾶν οὐδὲ χοροστασίαι
ἁδεῖαι τελέθεσκον, ὅκ᾽ οὐχ ἁγεῖτο Χαρικλώ:
ἀλλ᾽ ἔτι καὶ τήναν δάκρυα πόλλ᾽ ἔμενεν,
καίπερ Ἀθαναίαι καταθύμιον ἔσσαν ἑταίραν.
δή ποκα γὰρ πέπλων λυσομένα περόνας
ἵππω ἐπὶ κράναι Ἑλικωνίδι καλὰ ῥεοίσαι
λῶντο: μεσαμβρινὰ δ᾽ εἶχ᾽ ὄρος ἁσυχία.
ἀμφότεραι λώοντο, μεσαμβριναὶ δ᾽ ἔσαν ὧραι,
πολλὰ δ᾽ ἁσυχία τῆνο κατεῖχεν ὄρος.
Τειρεσίας δ᾽ ἔτι μῶνος ἁμᾶ κυσὶν ἄρτι γένεια
περκάζων ἱερὸν χῶρον ἀνεστρέφετο:
διψάσας δ᾽ ἄφατόν τι ποτὶ ρῥόον ἤλυθε κράνας,
σχέτλιος: οὐκ ἐθέλων δ᾽ εἶδε τὰ μὴ θεμιτά:
τὸν δὲ χολωσαμένα περ ὅμως προσέφασεν Ἀθάνα
'τίς σε, τὸν ὀφθαλμὼς οὐκέτ᾽ ἀποισόμενον,
ὦ Εὐηρείδα, χαλεπὰν ὁδὸν ἄγαγε δαίμων;᾽
ἃ μὲν ἔφα, παιδὸς δ᾽ ὄμματα νὺξ ἔλαβεν.
ἑστάκη δ᾽ ἄφθογγος, ἐκόλλασαν γὰρ ἀνῖαι
γώνατα καὶ φωνὰν ἔσχεν ἀμηχανία.
ἁ νύμφα δ᾽ ἐβόασε 'τί μοι τὸν κῶρον ἔρεξας
πότνια; τοιαῦται δαίμονες ἐστἐ φίλαι;
ὄμματά μοι τῶ παιδὸς ἀφείλεο. τέκνον ἄλαστε
εἶδες Ἀθαναίας στήθεα καὶ λαγόνας,
ἀλλ᾽ οὐκ ἀέλιον πάλιν ὄψεαι. ὦ ἐμὲ δειλάν,
ὦ ὄρος, ὦ Ἑλικὼν οὐκέτι μοι παριτέ,
ἦ μεγάλ᾽ ἀντ᾽ ὀλίγων ἐπράξαο: δόρκας ὀλέσσας
καὶ πρόκας οὐ πολλὰς φάεα παιδὸς ἔχεις.'
† ἁ μὲν ἀμφοτέραισι φίλον περὶ παῖδα λαβοῖσα
† μάτηρ μὲν γοερᾶν οἶτον ἀηδονίδων
ἆγε βαρὺ κλαίοισα, θεὰ δ᾽ ἐλέησεν ἑταίραν
καί νιν Ἀθαναία πρὸς τόδ᾽ ἔλεξεν ἔπος
'δῖα γύναι μετὰ πάντα βαλεῦ πάλιν ὅσσα δι᾽ ὀργάν
εἶπας: ἐγὼ δ᾽ οὔ τοι τέκνον ἔθηκ᾽ ἀλαόν.
οὐ γὰρ Ἀθαναίαι γλυκερὸν πέλει ὄμματα παίδων
ἁρπάζειν: Κρόνιοι δ᾽ ὧδε λέγοντι νόμοι:
ὅς κε τιν᾽ ἀθανάτων, ὅκα μὴ θεὸς αὐτὸς ἕληται,
ἀθρήσηι, μισθῶ τοῦτον ἰδεῖν μεγάλω.
δῖα γύναι, τὸ μὲν οὐ παλινάγρετον αὖθι γένοιτο
ἔργον: ἐπεὶ μοιρᾶν ὧδ᾽ ἐπένησε λίνα,
ἁνίκα τὸ πρᾶτόν νιν ἐγείναο: νῦν δὲ κομίζευ,
ὦ Εὐηρείδα, τέλθος ὀφειλόμενον.
πόσσα μὲν ἁ Καδμηὶς ἐς ὕστερον ἔμπυρα καυσεῖ,
πόσσα δ᾽ Ἀρισταῖος, τὸν μόνον εὐχόμενοι
παῖδα, τὸν ἁβατὰν Ἀκταίονα, τυφλὸν ἰδέσθαι.
καὶ τῆνος μεγάλας σύνδρομος Ἀτέμιδος
ἐσσεῖτ᾽: ἀλλ᾽ οὐκ αὐτὸν ὅ τε δρόμος αἵ τ᾽ ἐν ὄρεσσι
ῥυσεῦνται ξυναὶ τᾶμος ἑκαβολίαι,
ὁπ πόκα κοὐκ ἐθέλων περ ἴδηι χαρίεντα λοετρά
δαίμονος: ἀλλ᾽ αὐταὶ τὸν πρὶν ἄνακτα κύνες
τουτάκι δειπνησεῦντι: τὰ δ᾽ υἱέος ὀστέα μάτηρ
λεξεῖται δρυμὼς πάντας ἐπερχομένα:
ὀλβίσταν ἐρέει σε καὶ εὐαίωνα γενέσθαι,
ἐξ ὀρέων ἀλαὸν παῖδ᾽ ἀποδεξαμέναν.
ὦ ἑτάρα, τῶι μή τι μινύρεο: τῶιδε γὰρ ἄλλα
τεῦ χάριν ἐξ ἐμέθεν πολλὰ μενεῦντι γέρα.
μάντιν ἐπεὶ θησῶ νιν ἀοίδιμον ἐσσομένοισιν,
ἦ μέγα τῶν ἄλλων δή τι περισσότερον,
γνωσεῖται δ᾽ ὄρνιχας, ὃς αἴσιος οἵ τε πέτονται
ἤλιθα καὶ ποίων οὐκ ἀγαθαὶ πτέρυγες.
πολλὰ δὲ Βοιωτοῖσι θεοπρόπα, πολλὰ δὲ Κάδμωι
χρησεῖ, καὶ μεγάλοις ὕστερα Λαβδακίδαις.
δωσῶ καὶ μέγα βάκτρον, ὅ οἱ πόδας ἐς δέον ἀξεῖ,
δωσῶ καὶ βιότω τέρμα πολυχρόνιον.
καὶ μόνος, εὖτε θάνηι, πεπνυμένος ἐν νεκύεσσι
φοιτασεῖ, μεγάλωι τίμιος Ἁγεσίλαι.
ὣς φαμένα κατένευσε: τὸ δ᾽ ἐντελές ὧι κ᾽ ἔπι νεύσηι
Παλλάς, ἐπεὶ μώναι Ζεὺς τό γε θυγατέρων
δῶκεν Ἀθαναίαι, πατρώια πάντα φέρεσθαι,
λωτροχόοι, μάτηρ δ᾽ οὔτις ἔτικτε θεάν,
ἀλλὰ ∆ιὸς κορυφά. κορυφὰ ∆ιὸς οὐκ ἐπινεύει
ψεύδεα αι θυγάτηρ.
ἔρχετ᾽ Ἀθαναία νῦν ἀτρεκές: ἀλλὰ δέχεσθε
τὰν θεόν, ὦ κῶραι, τὦργον ὅσαις μέλεται,
σύν τ᾽ εὐαγορίαι σύν τ᾽ εὔγμασι σύν τ᾽ ὀλολυγαῖς.
χαῖρε θεά, κάδευ δ᾽ Ἄργεος Ἰναχίω.
χαῖρε καὶ ἐξελάοισα, καὶ ἐς πάλιν αὖτις ἐλάσσαις
ἵππως, καὶ ∆αναῶν κλᾶρον ἅπαντα σάω.


NOTAS

1 Argivas. Pelasgo es el fundador mítico de Argos. Por extensión, "Pelasgo" equivale a "Argivo" e, incluso, a "Griego" en general.
2 Monte cercano a Troya.
3 Paris.
4 Río de la Tróade.
5 Carrera de ida y vuelta en el estadio, equivalente a unos 380 m.
6 Los Dioscuros, Cástor y Pólux, protectores de los atletas. Su padre terrestre fue Tindáreo, rey de Lacedemonia. El río Eurotas riega la llanura de Esparta.
7 El olivo.
8 Descendientes de Arestor, padre de Argos. Los Arestóridas vienen a ser, pues, los Argivos.
9 Aunque originario de Etolia, la patria adoptiva de Diomedes fue Argos.
10 Sacerdote de Atenea. Sólo es citado en este lugar.
11 En la Argólide.
12 Fuentes de Argos. Amimone es hija de Dánao, rey mítico de Argos y fundador de su ciudadela. Según el escoliasta, Fisadea sería otra Danaide.
13 Río de Argos.
14 Ciudades de Beocia.
15 Hipocrene o Fuente del Caballo, llamada así porque brotó en el lugar del monte Helicón, en Beocia, donde Pegaso, por orden de Posidón, golpeó con uno de sus cascos para que la montaña, ensoberbecida por el triunfo de las Musas sobre las Piérides, dejara de hincharse y recobrase sus dimensiones ordinarias.
16 Desde CALÍMACO a PAUL VALÉRY, "Midi le juste", así, con mayúscula, no ha perdido ni un ápice de sus prestigios literarios.
17 Tiresias era hijo de Everes y de la mencionada ninfa Cariclo.
18 Cariclo.
19 Autónoe, hija de Cadmo y madre de Acteón.
20 Padre de Acteón.
21 Fundador mítico de Tebas, en Beocia. Hermano de Europa, esposo de Harmonía y padre de Autónoe, la madre de Acteón.
22 Lábdaco, nieto de Cadmo, fue, a su vez, abuelo de Edipo; a este último y a sus descendientes se refiere el poeta con el término "Labdácidas".
23 "Conductor de Pueblos", otro nombre de Hades o Plutón.
24 Parece referirse a Atenea. El v. 136 no está completo.
25 De Inaco, dios-río de la Argólide.
26 La Argólide.

sábado, 28 de marzo de 2020

“Himno a Afrodita”

Safo de Lesbos

“Himno a Afrodita”

Versión en español 
(traducción de Carlos Montemayor)

Inmortal Afrodita de colorido trono,
hija de Zeus, artificiosa, te suplico
que no sometas a infortunios ni dolores,
oh Soberana, mi corazón.

Y ven, como otras veces
que abandonaste la casa de tu padre
cuando a lo lejos mi voz oías,
luego que tu dorada

carroza preparabas: te conducían hermosas
ágiles aves cruzando la tierra oscura,
batiendo fuertemente sus alas en medio
de los cielos y del éter.

De inmediato llegaban. Y tú, dichosa,
con tu rostro inmortal sonriendo,
preguntabas con qué sentimiento ahora sufría,
la causa porque te invocaba,

qué anhelaba por sobre todo
mi enloquecido ser: "¿A quién deseas ahora
que mi persuasión atraiga hacia tu amor? ¿Quién,
oh, Safo, te atormenta?

Haré que pronto te siga, si te huye;
que si tus regalos rechaza, él te los ofrezca,
y que de inmediato te ame, si no ama,
aunque no lo desee".

Ven también ahora para librarme del peso
de mis penas; todo cuanto satisfacer
mi ser anhela, cúmplelo: oh, mi aliada,
sé tú misma.


Versión en griego clásico

Ποικιλόθρον' άθάνατ' Άφρόδιτα,
παΤ Δίος δολόπλοκε, λίσσομαί σε,
μη μ' ιϊσαισι μηδ' όνίαισι δαμνα,
πότνια, θΰμον.

αλλά τύιδ' Ελθ' αϊ ποτά χάτέρωτα
τδς Εμάς αΰδως άΐοισα πήλυι
Εκλυες, πατρός δε δόμον λίποισα
χρύσιον ήλθες

ιϊρμ' ύπασδεύξαισα· χάλοι δε σ' αγον
ώχεες στροΟθοι περί γδς μελαΐνας,
πυκνά δίννεντες πτέρ' απ' ώράνωΐθε-
ρος δια μέσσω·

αΐψα δ' έξίκοντο- συ δ' ώ μάχαιρα,
μειδιάσαισ' άθανατωι προσώπωι
ήρε' δττι δηΰτε πέπονθα χώττι
δηί3τε χάλημμι,

κώττ' Εμωι μάλιστα θέλω γενέσθαι
μαινόλαι θύμωι· «τίνα δηΰτε Πείθων μάισ'
Λγην ες σαν φιλότατα; τίς σ', ώ
Ψάπφ', άδιχήει;

καΐ γαρ αϊ φεύγει, ταχέως διώξει,
αϊ δΐ δώρα μη δέχετ', αλλά δώσει,
αϊ δΐ μη φίλει, ταχέως φιλήσει
κωύχ έθέλοισα.»

ϊλθε μοι καΐ νΟν, χαλεπά ν SiλΟσον
¿χ μερίμναν, δσσα δε μοι τίλεσσαι
θυμός Ιμέρρει, τέλεσαν συ δ' αυτά
σύμμαχος ϊσσο.

viernes, 27 de marzo de 2020

“Oda VI. A los compañeros”

Alceo

“Oda VI. A los compañeros”

Bebamos, pues, bebamos:
la lámpara luciente
¿a qué fin la esperamos?
El día va volando brevemente,
y el vino ya en las tazas derramado,
formando mil colores,
brinda y convida al paladar cansado.
El vino delicado,
cuyos dulces favores
debidos son al hijo de Semeje,
y Jove soberano,
que de los males bárbaros se duele,
y al Olvido los da con franca mano,
derrama, pues, derrama:
colma este vaso; aquél al punto llena,
que el uno al otro llama,
y haz una mezcla buena
a dos de vino ardiente
juntando uno de agua solamente.

jueves, 26 de marzo de 2020

“Parte II. La práctica”

Manuel Vázquez Montalbán (1970): Manifiesto subnormal

“Parte II. La práctica”


Parte II
LA PRÁCTICA

2.

MOVIMIENTOS RÍTMICOS publicitarios encargados por un Drugstore europeo para acompañar verbalmente al catálogo de sus exigencias y de sus existencias. Previa presentación del catálogo un 10 % de descuento.


VARIACIONES SOBRE UN 10 % DE DESCUENTO

I

Es este el paraíso
de los muñecos de cartón, los presidentes
de los Estados Unidos y los relojes
divididos en cuatro tiempos
en el laberinto de supermán
los carteles conducen a la caja
registradoras doncellas prometen
la llegada de Simbad
                            tras tesoros
de dugstores sumergidos
                                  los rostros
se mezclan en el shake y alguien
compra un retrato, una bandera
                                            un collar
de cebollas azules, trapos huérfanos
                                                   y la nostalgia
del pañuelo de seda muere en el cuello
o cierra cabezas de filósofos
                                       todo
absolutamente todo lo que se ve
                                             o se toca
está en las cuevas del drugstore
y la sorpresa del mundo antiguo
-tan poco sorprendente- sobrevive
tras los escaparates
                            como una invitación al regalo
mañana es fiesta, la sonrisa
abre las bolsas del deseo
                                  y además
Vd. saldrá ganando, Vd. comprará
y el drugstore le hará un 10 % de descuento.


II

Si Vd. no hace regalos le asesinarán
vea las películas de Losey y convénzase
o regala o muere
y no recurra a la pitillera de oro
o a la mortaja de organdí
oh no,
tampoco recurra a los incómodos plazos
regale o muera
le pagarán con sonrisas y aplazarán su muerte
los relojes del drugstore alargarán su vida
podrá Vd. regalar
el vientre de Johnson o el vuelo de supermán
collares rescatados de naufragios
muñecos ambiguos como la moralidad
calcetines de Lolita y bolsos de reencuentro
todos dirán que Vd. ha pactado
ha pactado con el diablo de las caravanas

las caravanas vienen a beber al drugstore
y los noctámbulos han raptado a la cover-girl
Vd. comprará en el drugstore
donde es posible helar planetas y el silencio
nunca se interrumpe pese al estrépito
del largo pasillo por donde circula Aladino
compre, regale, sobreviva
y además le harán un 10 % de descuento.


III

No dé la cara al peligro
huya antes de que llegue
escápese
no caiga en el túnel del tiempo
no mendigue sonrisas de su mejor enemigo
escápese
escápese y compre
no compre en incómodos plazos
compre objetos que sonrían
un cartel, una muñeca, un reloj
un bolso, un pañuelo
un collar, un libro, un disco
un vestido, unos calcetines
                                     y no pregunte
el nombre de todos los productos
ni su número
                es infinito
y ambiguo como su procedencia

no pregunte por su procedencia
es un secreto de mundos prohibidos
James Bond no permite revelarlo
y Vd. está en peligro
huya antes de que sea demasiado tarde
tampoco se fíe de su peor amigo
escápese y compre en el drugstore

le haremos, por éstas, un 10 % de descuento.


IV

Las cuevas del Drugstore
son las cuevas de Alí Babá
pero no busque Vd. a los cuarenta ladrones
los camareros proceden de la Harvard University
las dependientas han triunfado
en casi todos los concursos de belleza
hasta las gambas son más hermosas
que las gambas habituales
y los asesinos del pasillo central
recitan a Shakespeare

pero aún hay más
en las cuevas del Drugstore
están todos los tesoros que Vd. había olvidado
todo un catálogo de mercancías de felicidad
regalos que nadie ha imaginado regalarle
que sólo Vd. podía haberlos imaginado
porque se dirigen al centro de su frustración

y si presenta el bono adjunto
le haremos un 10 % de descuento.

miércoles, 25 de marzo de 2020

“In memoriam”

Manuel Vázquez Montalbán (1973): Coplas a la muerte de mi tía Daniela

“In memoriam”


A una profesora de historia


Aprendí
la interminable lista
de reyes godos y el mundo
no fue mío
                      ni tu historia
violeta como tus ojeras de doncella

si acaso
en las cálidas tardes con principiante trompeta
como fondo melódico
tu mano de profesora culta
dividió mi mundo proletario
                                                              saber o no saber
 
la cuestión era aceptar
un blanco destino de burócrata
o emigrar al mundo
de los que nada habían perdido
nunca, ni tan siquiera cuando
cruzó el estrecho el último rey godo

fabulosas tus historias de hijos
buenos, redentores de su madre
lavandera, cajeros de Banco, aspirantes
a directores de Banco, asépticos
buenos, higiénicos, sin remordimientos

inútil historia la de mi clase,
por ti y por mí desconocida entonces
cuando eras una princesa omnipotente
y yo tu juglar de versos vergonzosos
                                                                             ni siquiera
conocedor de tu sexo, ni tu tiempo

pasaron rápidos años como tardes,
aprendí tu lista y tu frontera, tu nombre
tu nostalgia y cuando acaso
tenía respuesta a tus palabras
incluso a tu bella patraña de hijos -godos
-reyes- buenos
                                ya era tarde

y te enterraron ignorante de mi sabiduría
que tú empezaste y nadie concluirá,
de mi amor de juglar
                                            princesa de una Historia
nada dialéctica, por la que tú pasaste
como pasa un rey bueno, con majestad.

martes, 24 de marzo de 2020

“Rodajas de limón”

Manuel Vázquez Montalbán (1973): Coplas a la muerte de mi tía Daniela

“Rodajas de limón”

Rodajas de limón
zumos de sol, cálido
verano, se digieren
                                      algas
lentas como ahogados, ya
aprendimos el lenguaje
del juke-box, del amor
fox y sobre todo trot, lento
vivo
            adagio corazón
                                        caballo
loco, triste se desploma el cuerpo
como en un poema sentimental
o de los otros

                         ¿qué importa ya
el lento rodar de las naranjas,
los senos, los obuses, la bomba,
las cabezas

                    si canta Paul Anka
la antigua historia de Young Alone?

también lo fuimos
                                y tal vez por eso
Madre Coraje lleve bikini, cante
espuma sobre el ski acuático
frente a la amenazadora verga
de fabriles chimeneas y cañones
bajo el útero atómico de un B-27
preferible que nos despierten
                                                    las sirenas
preferiblemente que húmedamente nos ahoguemos.  

lunes, 23 de marzo de 2020

“Coplas a la muerte de mi tía Daniela (fragmento)”

Manuel Vázquez Montalbán (1973): Coplas a la muerte de mi tía Daniela

“Coplas a la muerte de mi tía Daniela (fragmento)”

...dejo dormir
todo cuanto tengo
mío o ajeno

recuerdo
qué poco amé
a quien me amó
                            y entonces
quisiera marcharme
donde desde siempre
nos esperan
                      abiertos
puertos sin naves
de regreso
la vida murió
ningún consuelo nos deja
la memoria
                     en el presente
las formas envilecen
cuanto tocan 
                      y en la infancia
del hombre los deseos
avivan crecimientos
                                    récords
todavía los llaman los atletas

mañana
sin duda
no habrá historias
tan tristes a la medida
del sentimiento viejo
                                     lógicamente
las lavanderas estarán sindicadas
la tuberculosis desterrada
y las contradicciones
entre lo abstracto y lo concreto
                                  serán síntesis
                                  la fuerza de un hombre
                                  será la fuerza
                                  de los hombres
                                                            inútiles
buenos propósitos
la nostalgia
los remordimientos
el recuerdo.

domingo, 22 de marzo de 2020

“Sereno estoy”

Agustín García Calvo

“Sereno estoy”

Sereno estoy como la mar
serena.
Acude, amiga, a sollozar
tu pena.

No sepa ni diga
mi amiga carnal
que tiene el corazón
de sal.

Sereno estoy como la noche
serena:
¡Qué tiempo, amiga, qué derroche
de arena!

No espere ni quiera
mi amor la fortuna
de que en su pozo caiga
la luna.

Sereno estoy si tú lo estás
(serena).
Si yo soy bueno, tú eres más
que buena.

No esperes ni quieras,
amor; y llorar,
así como la noche
y el mar. 

sábado, 21 de marzo de 2020

“Que no se despierte”

Agustín García Calvo

“Que no se despierte”

Que no se despierte.
La niña que duerme a la sombra
que no se despierte;
que duerme a la sombra del árbol;
que no se despierte;
a la sombra del árbol granado
que no se despierte;
granado de ciencia del bien,
que no se despierte;
de la ciencia del bien y del mal
que no se despierte.
Que no se despierte, que siga
dormida la muerte;
que siga a la brisa del ala
la muerte dormida;
a la brisa del ala del ángel
dormida la muerte;
del ala del ángel besada
la muerte dormida;
del ángel besada en la frente
dormida la muerte;
besada en la frente del lirio
la muerte dormida;
en la frente del lirio a la sombra
dormida la muerte
que no se despierte, que siga
dormida la niña,
que no se despierte, no. 

viernes, 20 de marzo de 2020

“El mundo que yo no vivía”

Agustín García Calvo

“El mundo que yo no vivía”

El mundo que yo no viva
lo pensé como cosa extraña,
como arca de maravilla.
Ay de mi vida

Allí ¿sonará la lluvia
junto al fuego las noches frías?
¿Tendrá Agosto en el río barcas?
Y tú ¿la gentil sonrisa?

¿Brillará en el papel que siembro
la negra flor de la tinta?
Ay de mi vida

¿Será posible que vengan
los amigos y que "Era" digan
"un hombre, y te quiso mucho"
y "Mucho" llorando digas?

Es el mundo que no conozco,
Atlántida sumergida.
Ay de mi vida.

Allí las palmeras echan
esmeraldas. Allí las crías
del delfín esmeraldas pacen.
Allí no hay noche ni día:
cuando ordeñan a los rebaños,
de púrpura el mar se agría,
Ay de mi vida.

Más limpio que agua de oro
es el mundo que yo no viva:
no hay naves de arar espumas
ni arado para las viñas;
el gran árbol le da su fruto
al que el nombre del fruto diga.
Ay de mi vida.

Ese mundo no es el mío:
es el tuyo: el que en tus pupilas
hundido está desde siempre
y no lo alcanza mi vista.
A ese mundo quisiera entrar,
antes que suene la hora
- ay - de mi vida. 

jueves, 19 de marzo de 2020

“Libre te quiero”

Agustín García Calvo

“Libre te quiero”

Libre te quiero
como arroyo que brinca
de peña en peña,
pero no mía.

Grande te quiero
como monte preñado
de primavera,
pero no mía.

Buena te quiero
como pan que no sabe
su masa buena,
pero no mía.

Alta te quiero
como chopo que al cielo
se despereza,
se despereza,
pero no mía.

Blanca te quiero
como flor de azahares
sobre la tierra,
pero no mía.

Pero no mía
ni de Dios ni de nadie
ni tuya siquiera. 




miércoles, 18 de marzo de 2020

“Hablemos / Parlem”

Benjamín Prado

“Hablemos / Parlem”

Hablemos sin cuchillos en las manos
Hablemos sin quemarnos las banderas
Con razones, sin sangre en las aceras
Con libertad, sin ira, como hermanos
Hablemos de palabras, no de idiomas
Digamos "te respeto", "no te vayas"
Sin ver puntos finales donde hay comas
Sin ver desiertos donde solo hay playas
La justicia consiste en ser iguales
La igualdad, en poder ser diferentes
La esperanza, en querer mover montañas
Que aprendan a pensar en nuestra gente
Abrir ventanas, sin romper cristales,
Hay sitio para todos en España. 

martes, 17 de marzo de 2020

“Dulce muchacha triste”

Pablo Guerrero

“Dulce muchacha triste”

La recuerdo muy bien y no porque en sus labios
se trajera cerezas de los Valles del Jerte
sino porque, ya ves, tenía en sus zapatos
polvo de todos los caminos.

La recuerdo muy bien tan solo su mirada
era el lugar del mundo donde no había un Vietnam.
Viajaba en su mochila una andadura larga
y un libro de poemas, mira tú.

Dulce muchacha triste recorría caminos
en busca de una risa en donde descansar.
Tenía en su mente una ciudad con columpios de agua
y mercados de arena en las esquinas…

Hace tiempo, —le dije—, que cortaron al hombre
una antigua costumbre de volar que tenía.
Solo seremos nuestros el día que consigamos
ver nacer a los niños con alas.

Dibujó un barco azul sobre un mar amarillo
y me lo regaló oculto en una concha.
Después se fue. No he podido encontrarla
en ningún sitio del aire y de la tierra.

No sé bien qué fue de ella. Un amigo me dijo
que murió cuando supo que no es un rock la vida.
Otros me aseguraron que envejeció de pronto
y se paró a dormir al lado de un camino. 

lunes, 16 de marzo de 2020

“Romance de Abenámar”

Anónimo

“Romance de Abenámar”

—¡Abenámar, Abenámar, 
moro de la morería,
el día que tú naciste 
grandes señales había!
Estaba la mar en calma, 
la luna estaba crecida,
moro que en tal signo nace 
no debe decir mentira.

Allí respondiera el moro, 
bien oiréis lo que diría:
—Yo te lo diré, señor, 
aunque me cueste la vida,
porque soy hijo de un moro 
y una cristiana cautiva;
siendo yo niño y muchacho 
mi madre me lo decía
que mentira no dijese, 
que era grande villanía:
por tanto, pregunta, rey, 
que la verdad te diría.
—Yo te agradezco, Abenámar, 
aquesa tu cortesía.
¿Qué castillos son aquéllos? 
¡Altos son y relucían!

—El Alhambra era, señor, 
y la otra la mezquita,
los otros los Alixares, 
labrados a maravilla.
El moro que los labraba 
cien doblas ganaba al día,
y el día que no los labra, 
otras tantas se perdía.
El otro es Generalife, 
huerta que par no tenía;
el otro Torres Bermejas, 
castillo de gran valía.

Allí habló el rey don Juan, 
bien oiréis lo que decía:
—Si tú quisieses, Granada, 
contigo me casaría;
daréte en arras y dote 
a Córdoba y a Sevilla.
—Casada soy, rey don Juan, 
casada soy, que no viuda;
el moro que a mí me tiene 
muy grande bien me quería. 

domingo, 15 de marzo de 2020

“Del buen amor”

Juan Ruiz, arcipreste de Hita: Libro de Buen Amor

“Del buen amor”

¡Ay, quán fermosa viene
Doña Endrina por la plaça!
¡Qué talle, qué donayre,
qué alto cuello de garça!
¡Qué cabellos, qué boquilla,
qué color, que buenandança!

Pero tal lugar non era
para fablar en amores,
a mí, luego, me vinieron
muchos miedos e temblores.
Los mis pies e las mis manos
non eran de sí señores,
perdí seso, perdí fuerza,
mudáronse mis colores.

Fablar con muger en plaça
es cosa muy descobierta,
porque, a veçes, mal atado
está el perro tras la puerta.
La buhona con harnero
va tañendo cascaveles,
y menando de sus joyas,
sortijas con alheleles.

Abaxe más la palabra,
dixel quen juego fablaba,
porque tot aquella gente
de la plaça nos miraba.
Començé a decir mi quexa
del amor que me afincaba.

Con la gran pena que paso
vengo vos decir mi quexa;
vuestro amor e deseo
que me afinca, que me aquexa.
Non me tira, non me parte,
non me suelta, non me dexa.


sábado, 14 de marzo de 2020

"El Bosco"

Rafael Alberti

“El Bosco”

El diablo hocicudo,
ojipelambrudo,
cornicapricudo,
pernicolimbrudo
y rabudo,
zorrea,
pajarea,
mosquicojonea,
humea,
ventea,
peditrompetea
por un embudo.

Amar y danzar,
beber y saltar,
cantar y reír,
oler y tocar,
comer, fornicar,
dormir y dormir,
llorar y llorar.

Mandroque, mandroque,
diablo palitroque.

¡Pío, pío, pío!
Cabalgo y me río,
me monto en un gallo
y en un puercoespín,
un burro, en caballo,
en camello, en oso,
en rana, en raposo
y en un cornetín.

Verijo, verijo,
diablo garavijo.

¡Amor hortelano,
desnudo, oh verano!
Jardín del Amor.
En un pie el manzano
y en cuatro la flor.
(Y sus amadores,
céfiros y flores
y aves por el ano.)

Virojo, pirojo,
diablo trampantojo.

El diablo liebre,
tiebre,
sítiebre
notiebre,
sipilitiebre,
y su comitiva
chiva,
estiva,
sipilipitriva,
cala,
empala,
desala,
traspala,
apuñala
con su lavativa.

Barrigas, narices,
lagartos, lombrices,
delfines volantes,
orejas rodantes,
ojos boquiabiertos,
escobas perdidas,
barcas aturdidas,
vómitos, heridas,
muertos.

Predica, predica,
diablo pilindrica.

Saltan escaleras,
corren tapaderas,
revientan calderas.
En los orinales
letales, mortales,
los más infernales
pingajos, zancajos,
tristes espantajos
finales.

Guadaña, guadaña,
diablo telaraña.

El beleño,
el sueño,
el impuro,
oscuro,
seguro,
botín,
el llanto,
el espanto
y el diente
crujiente
sin
fin.

Pintor en desvelo:
tu paleta vuela al cielo,
y en un cuerno,
tu pincel baja al infierno. 



viernes, 13 de marzo de 2020

“Mester de juglaría”

Ángeles Mora (2000): Caligrafía de ayer

“Mester de juglaría”

Conce, maestra de la vida

Cuando te conocí
debías de tener los años que ahora tengo 
y una luz propia 
que no logró apagar el tiempo. 
Tu casa era la casa de todos
los mosqueteros. 
Tú eras nuestra 
dama en aquel oculto reino. 
Todos para uno y uno para todos
Dimos el corazón a nuestros sueños. 
Aquellos fueron años duros
que solo la esperanza hizo ligeros.
Una esperanza que llevaba 
tu nombre contagioso en nuestro pecho. 

Antes de ti 
el mundo estaba lejos, 
tú lo hiciste cercano, manejable
como una charla alrededor del fuego.